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Narra jules:

Deje mi bolso sobre mi cama para sacarme mi uniforme, el entrenamiento estuvo del asco y para empeorar las cosas no encontré el momento para decirle mi posible renuncia al torneo, no quería decepcionar a mi equipo, luche tan duro para formar algo así. Mi mente estaba tan perdida.
Quede en un corpiño deportivo y me puse un pantalón corto, estaba haciendo demasiado calor para mi gusto. Solté un fuerte suspiro al sentir como mi cuerpo dolía, el entrenamiento se basó en físico, tres series de veinte lagartijas, cinco series de quince sentadillas y dos series de diez abdominales.

No sabía por qué estaba viva aún, lo bueno de todo esto es que por fin estoy en mi casa y puedo descansar.

-¡Jules!- grita Ashley mientras se tira sobre mi, gemí del dolor para ponerla a un lado mío.

-creo que pusiste mi pulmón al revés- toque mi costado acariciando un poco- si, creo que sí.

-jaden llamo.

-¿Que?- pregunté confundida, me acomode mejor en la cama para verla. ¿Por qué siempre mi hermana parecía una loca desquiciada?

-jaden, tu ahora nuevo novio llamo.- sube y baja las cejas mientras sonríe, la mire confundida.

-¿Cómo sabe que es mi novio?

-percy escucho como Jaden se lo contaba a angus y el me llamo para contarme.

-si te pagarán por cada chisme que Percy te cuente serías millonaria- ella abre la boca sorprendida.

-¿¡Te pueden pagar por eso!?- me pregunta entusiasmada.

Gruñí para levantándome del todo y salir de mi habitación dejándola sola, aveces solo aveces Ashley me sacaba de quicio. En la cocina se encontraba mi padre tomando un café, últimamente está mucho más en casa, mamá es la que literalmente está las 24hs del día en el trabajo. Prefería que mi padre esté aquí, era mucho más divertido.

-hola cariño.

-hola papá- abrí el refrigerador para sacar una fruta.

-jaden llamo, dijo que vendría a verte dentro de un rato.

Deje de morder mi fruta para mirarlo, me había olvidado preguntarle a Ashley que era lo que quería Jaden, a duras penas pase el pedazo de fruta.

-¿Cuanto es un rato?

Estaba hecha un desastre, toda Sudada y desprolija, no podía verme así, me había visto mucho peor, sin embargo, esa sensación nueva que estaba experimentando se derivaba un poco a la vergüenza y el inmenso pensamiento de ser insuficiente para el.
La puerta se escuchó y ambos nos miramos.

-creo que está aquí.

-¡no estoy lista!-grite dejando la fruta sobre la mesa-¡ no le abras!

-¡No puedo dejarlo afuera!

Subí corriendo a mi habitación, al entrar veo a Ashley con el teléfono de casa en mano mientras tenía un cuaderno a su lado.

-quisiera preguntar ¿Cuantos billetes cuesta un chisme?....¿No se considera un trabajo?, Pero tengo unos muy buenos.

Rodé los ojos para ir hacia mi armario, sacar unas prendas e irme al baño para mojar un poco mi cara, cepillar mi cabello, mis dientes y bañarme literalmente en perfume y desodorante. No alcanzaba a bañarme con agua, deje mi corpiño deportivo tirado por algún lado del baño y me coloque mi sostén, baje mis pantalones cortos y me puse otro mucho más lindo que combinaba con la remera.

-¡Jules!

-¡voy en un momento!

Estaba intentando colocarme la remera pero mi cabeza termino en la abertura de un brazo desesperando me mucho más.

-¿Necesitas ayuda?

Me quede quieta reconociendo esa voz, con mi mano moví un poco la tela de la remera para poder ver a un Jaden perfectamente apoyado en el marco de mi baño con ambas manos en sus bolsillos y una sonrisa estúpidamente hermosa en su rostro. Su belleza me hipnotizó, tanto que olvide que literalmente estaba en sostén frente a él.

-jaden- nombre aún mirándolo, el ríe para acercarse a mi y acomodar mejor mi remera.

-asi está mucho mejor- se acerca más y deja un beso en mis labios- ¿Te gusta el encaje?- pregunta sarcástico acariciando un poco mi cintura.

-hola- sonreí ignorando su pregunta la cual me avergonzó.

-hola.

Ambos salimos del baño, hice una mueca al ver el desorden de mi cuarto. Remeras mías tiradas a un costado de mi cama y mis cuadernos de estudio más mi bolso en el piso.

-lamento el desorden.

-esto es nuevo de ti- me mira- nunca fuiste tan desordenada, recuerdo que regañaste a a angus al desordenar tu cama cuando éramos niños. No lo dejaste entrar a tu cuarto por una semana- ríe, por mi parte solté apenas una risa. Recordaba ese momento.

-eh estado un poco despistadas estos últimos días.- cerré mis ojos un momento al sentir su mirada sobre mi, no debí haber dicho eso en su presencia, solo lo preocuparía.

-¿Estás bien?

-si, si- respondí rapido- no te preocupes, la escuela y el torneo me tiene muy distraída que casi no recuerdo que tengo que tener higiene.

-¿Segura que estás bien?- pregunta mientras me abraza por la cintura, suspiré para pasar mis brazos por su cuello acercándome a el.

-lo estoy, de verdad- intenté sonar mucho más sincera.

-¿Si te encuentras mal, me lo dirás?

-lo prometo.

-de acuerdo- besa mis labios- ahora ¿puedes explicarme por qué le dijiste a tu padre que no me abra la puerta?

Me aleje de el para sonreír inocentemente.

fragmentos de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora