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Examinando su reflejo en el espejo, SeokJin se preguntó cómo estos pequeños cambios podían hacer que se viera tan diferente. Cuando se había infiltrado anteriormente, había sido con trajes a medida en oficinas de compañías financieras de Wall Street, o había ido más desaliñado y sucio con vaqueros, cuero y sudaderas. Este dinamismo de clase alta era nuevo.

McCoy le había programado el tratamiento de un "caballero" en un spa, donde había sido enjabonado y masajeado, le habían cortado el pelo rebelde con un estilo más refinado para que pudiera utilizar esta gomina y echárselo hacía atrás, le habían depilado las cejas y hasta le habían hecho una limpieza facial profunda, donde la mujer le había pinchado y apretado la piel con una pequeña herramienta de metal durante lo que parecieron horas. Había sido una de las cosas más extrañas y dolorosas que SeokJin podría haber imaginado. Pensó que sería una gran herramienta de interrogación.

Y la perforación de la oreja había dolido una putada.

Ahora era elegante. Pulido. Le habían hecho la manicura, así que sus manos parecían más limpias, con menos experiencias en peleas. Y una pedicura, eso se había sentido bastante bien. Pero el cambio más importante no era inmediatamente visible. SeokJin se dio la vuelta para verse la espalda en el espejo y examinó su hombro, levantó los faldones de la camisa y bajó la cintura de sus pantalones de vestir para exponer la piel.

El tatuaje de una vid retorcida se extendía por la parte baja de la espalda, de cadera a cadera, justo debajo de la cintura, hundiéndose en la raja del culo en un triángulo invertido de líneas negras, simples y sorprendentes. No era real, por supuesto, pero el efecto era el mismo. Se preguntó qué pensaría Jungkook de ello. Parecía adorar su propio tatuaje, pero el bulldog Marine de mirada maliciosa con sus armas humeantes era definitivamente más del estilo de Jungkook que este diseño más elegante.

Suspirando, SeokJin dejó caerla camisa. Ya estaba abierta por delante, desabrochada, dejando su pecho al descubierto. No se había molestado en ponerse la camiseta de nuevo después del masaje en el spa. Había estado en el proceso de prepararse para la cama cuando había sido detenido por la extraña visión de sí mismo en el espejo. Empezó a apartarse la camisa de sus hombros, pero oyó una llave en la puerta delantera y salió al pasillo con los pies descalzos, escuchando como alguien entraba en el apartamento. Sólo podía ser Jungkook, era la única persona a la que SeokJin le había dado una llave y SeokJin nunca dejaba una puerta abierta. Sin embargo, cuando miró por la esquina, había un extraño. Tardó demasiado tiempo en darse cuenta de que después de todo era Jungkook, y se alegró de no haber tenido el arma en la mano.

-No me dispares -dijo Jungkook con voz plana y cansada, obviamente pensando exactamente lo mismo que SeokJin. Comenzó a aflojarse la corbata y desabrocharse la camisa mientras se acercaba, arrojando prendas de ropa al suelo y sobre los muebles mientras se acercaba a SeokJin.

-¿Has acabado con el...?

-Sí -murmuró Jungkook mientras tiraba de la corbata. Su camisa se abrió cuando se inclinó y se quitó los zapatos.

SeokJin examinó ese cuerpo bronceado y alto que había ante él, alzando las cejas lentamente cuanto más abarcaba. La gente del spa había trabajado duro con su normalmente desaliñado compañero. Era Jungkook, pero... no. Estaba bien afeitado por primera vez en meses, y su pelo corto había sido teñido de un poco natural rubio platino. Se enderezó como si le ofendiera el nuevo color. Todo el cuerpo de Jungkook parecía retocado, su piel bronceada más brillante, más lisa y probablemente más suave de lo que lo había estado nunca. Su pecho bien definido carecía de su habitual capa de vello oscuro, y el efecto le hacía más elegante.

SeokJin no estaba seguro de que pensar sobre el pelo, pero el resto de Jungkook era un sueño húmedo andante.

Lo que era... para morirse de risa, de verdad. SeokJin parpadeó varias veces y apretó los labios con fuerza.

PESCADO&PATATAS FRITAS || #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora