゜゚°º。✧ 5

304 35 0
                                    

Sano Kendra

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sano Kendra

Las manos y piernas me temblaban al igual que la boca, las pupilas dilatadas y  frente a mi estaba Kisaki con un arma en mano. Solo podía sentir miedo, como la sangre que corría en mis venas que gritaba "corre".

Todo a mi alrededor estaba oscuro, mirará a donde mirará no había nada. Quería encogerme y llorar.

Levanté nuevamente la mirada y ahora Manjiro estaba ahí. ¡Era mi padre! ¿Pero qué le había pasado? Tenía un tatuaje que era muy sobresaliente, sostenía un arma en su mano y su mirada estaba apagada...

Me cubrí los oídos cuando estalló un estruendoso ruido que me heló la sangre. Un disparo...

No podía ver nada, pero en el momento que regresé la mirada vi a mi padre cubierto de sangre, y un cadaver en el suelo con un agujero en la frente. ¿Eso que significaba?

Empezaba a comprender que era una visón más.

Alguien gritó el nombre de mi padre, y por reflejo volteé para ver de quien pertenecía ese grito. El chico de cabello rizado y ojos azules estaba llorando, tanto que se me hacia incomodo verlo. Corrió traspasando mi cuerpo para llegar a donde estaba el cuerpo de Manjiro.

—¿Takemichi?... —balbuceo él.

Mi pecho subía y bajaba con fuerza y al momento que abrí los ojos la luz me atacó obrigandome a cerrarlos por unos segundos.

—Tal vez no cambié el futuro... y el futuro me mostró esto.

Suspiré y miré el techo de la habitación derrotada. El futuro que quiero tener parece estar cada vez más lejos.

—No importa cuánto tiempo me tome, te salvaré, papa...

Los siguientes días después del accidente fueron un infierno, todo el tiempo me dolía el cuerpo. Claro, Draken me agradeció por ayudarlo y sobretodo por recibir el golpe que era para él.

Hoy era domingo, por lo que era mi día de descanso ,por lo que salí a unos puestos de comida y por más que le buscara no sabía que escoger. Seguí caminando hasta que mis ojos enfocaron un pequeño puesto de Dorayakis.

Corrí y me formé para que me atendieran. No sabía cuanto iba a esperar, pero valía la pena.

Salí de la tienda con una gran sonrisa, pues habías conseguido lo que quería. Pero para mi sorpresa ahora Manjiro estaba formado.

Él me miró y yo me confundí.

—Oh, Jinku. ¿Te gustan los Dorayakis?

—Si —asentí—. ¿A ti también?

Asintió con una sonrisa. Después de que comprará su bocadillo se acercó a mi.

《QUIERO SALVARTE》Tokyo revengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora