Until my end - HP3

11. Como el sol y la luna

Amar es complicado, nadie te enseña que debes hacer o sentir. No es como si existiera un manual con pasos enumerados que te indican como actuar. Cuando te enamoras, cada palabra, cada gesto, cada sonrisa, te llevan a descubrir sentimientos que ni tú mismo después de sentirlos puedes describir.

Mi amigo, mi amante, mi compañero... Mi principio y fin, eso eres para mí.

Sabes que es amor, cuando cada palabra y cada mirada solo quieres entregársela a una persona, a esa persona que es única en tu corazón y sabes que estás enamorado cuando abres los ojos y ves el mundo brillar, aunque todo sea oscuridad. Cuando todo a tu alrededor puede estar desmoronándose, pero tú y él, tomados de la mano siguen avanzando y amándose hasta el final.

«A primera vista me enamoré, contigo sentí amor, sí... No creía en el amor a primera vista, hasta que te vi y me enamoré de ti. No creí en el destino hasta que nos separó y nos volvió a unir. No creí que existiera el Amor Verdadero, pero te Amé, te amo y te amaré, como siempre tú me amaste a mí... y eso es lo más real que existe en el mundo para mí.»

—¿No te desagrado para nada Off?

—Claro que no mi luna.

—Siempre estoy diciéndote qué hacer.

—Siempre hago lo que dices, porque tienes razón. Además, eres lo más bello e importante, que existe para mí. Cómo podría contradecirte.

—¿No crees que todo es complicado?

—¿Qué es lo que te preocupa?

—¡Tengo miedo!

—Y ¿por qué tienes miedo, si ni siquiera sabemos lo que podría suceder mañana?

—No lo sé.

—Escúchame Gunnie. Porque no sabemos lo que sucederá mañana, debemos llamar a las cosas bonitas, bonitas, cuando las vemos y debemos sostener fuerte nuestras manos mientras caminamos lento esperando llegar al final del camino. No llenes tu cabecita con tontas ideas, No pienses en el futuro porque es incierto. Piensa en el ahora, en ti, en Win y en mí, viviendo cada minuto en extrema felicidad.

«Desde aquel día mi sol, aquel primer día cuando me mudé junto a ti, prometimos vivir sin pensamientos negativos, sin pensar en el pasado, sin pensar en el futuro, sin lamentaciones... solo VIVIR.»

Estaba aterrado, aquel día, el inicio de una nueva vida juntos, estaba por empezando y mis sentimientos estaban fuera de control.

«Mientras viajaba de regreso a mi ciudad, a reencontrarme con mi pequeño ser, las lágrimas que oculté cuando me despedí de ti, en la puerta de nuestro hogar, esa mañana cuando te marchaste a trabajar, comenzaron a salir. Sabía que no cuestionarías mi decisión, aunque sufrirías igual que yo, porque, aunque nunca hablamos de lo que había pasado, mejor que nadie entendías mis más profundos sentimientos. Siempre te amé por ser así.»

—¿Dónde estás Gunnie? —Tu voz apagada y triste removió mi corazón.

—Lo siento...

—No lo sientas mi amor, sabes que siempre...—estabas conteniendo las lágrimas— a pesar de todo estaré ahí, para ti y sostendré tu mano hasta el final. —Tu voz entrecortada me rompía el alma— ¿Recuerdas la leyenda sobre el sol y la luna, que tanto disfrutaba Win, escuchar?

«Dice la leyenda que cuando el Sol y la Luna se encontraron por primera vez, se apasionaron perdidamente y a partir de ahí comenzaron a vivir un gran amor. El mundo aun no existía y el día que Dios decidió crearlo, les dio entonces un toque final... ¡El brillo!

El Sol iluminaría el día y La Luna iluminaría la noche, siendo así, estarían obligados a vivir separados...

Les invadió una gran tristeza y cuando se dieron cuenta de que nunca más se encontrarían, La Luna fue quedándose cada vez más angustiada y fue tornándose Solitaria.

El Sol, había ganado un título de nobleza "Astro Rey", pero eso tampoco le hizo feliz.

Dios, viendo esto, les llamó y les explicó:

"No deben estar tristes, ambos ahora poseen un brillo propio. Tú, Luna, iluminarás las noches frías y calientes, encantarás a los enamorados y serás frecuentemente protagonista de hermosas poesías. En cuanto a ti, Sol, iluminarás la tierra durante el día, proporcionarás calor al ser humano y tu simple presencia hará a las personas más felices".

La Luna se entristeció mucho más con su terrible destino y lloró amargamente y el Sol, al verla sufrir tanto, decidió que no podría dejarla abatirse más, debía darle fuerzas y ayudarle, así que hizo un pedido especial a Dios:

"Señor, ayuda a la Luna por favor, es más frágil que yo, no soportará la soledad."

Y Dios, en su inmensa bondad, creó las estrellas para hacer compañía a la Luna. Entonces siempre que La Luna está muy triste recurre a las estrellas, que hacen de todo para consolarla, pero casi nunca lo consiguen.

Hoy, ambos viven así... separados, el Sol finge que es feliz y la Luna no consigue disimular su tristeza.

El Sol arde de pasión por la Luna y ella vive en las tinieblas de su añoranza.

Luna y Sol siguen su destino. Él, solitario pero fuerte. Ella, acompañada de estrellas, pero débil.

Sucede que Dios decidió que ningún amor en este mundo fuese del todo imposible, ni siquiera el de la Luna y el Sol, así que a veces el Sol cubre a la Luna, acostándose sobre ella y comienzan a amarse. Es a ese acto de amor al que se le dio el nombre de Eclipse.

Así que Sol y Luna viven esperando ese instante, esos raros momentos que les fueron concedidos y que tanto cuesta que sucedan.»

—Tú sabes muy bien que ésta, no es otra que nuestra historia. Te amo Gunnie y porque sé que es así, no me desespero, tarde o temprano estaremos juntos. Yo (tu sol) Tú (mi luna) y Win nuestra estrella. Cuídate siempre. Te amo.

«Y así, una vez más nos despedimos; sabiendo ciertamente que nunca sería para siempre...»

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ