Hermanos Black

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Las vacaciones de Navidad terminaron y Hogwarts volvió a llenarse de nuevo con sus alumnos y problemas... sobre todo problemas. Uno de ellos tenía que averiguarlo yo.

Me quedé mirando a Regulus. Estaba tirado sobra la alfombra tan pancho mientras los elfos ordenaban la habitación.

-¿No vas a decir nada? -pregunté.

-No hay nada que decir -se tapa la cara con el brazo.

Yo también estaba sentada en el suelo. Me apoyé en la pata de la cama de Severus, que también estaba con nosotros.

>>¿Te lo puedes creer? -le hablé a Severus que puso cara de "a mi no me metas en tus mierdas"-. Viene tan tranquilo lleno de sangre -me pongo de pie mirando a Sev- y ni una puta palabra.

-¡Esa boca! -me riñe Regulus.

-¿Ahora si hablas?

-Lo que quiero es que te calles, me duele la cabeza.

Y entonces me puse a cantar, bailar y saltar con los elfos que había allí. Esto de molestar es mi pasatiempo más divertido. Por desgracia, no duró mucho la diversión porque Regulus echó a los elfos de ahí.

-Aburrido -pongo morritos.

-¿Aburrido? ¿Yo? -pregunta bastante impresionado.

-Pues sí. ¡Me quitas a los elfos!

-Lo que hay que aguantar -suspira Severus.

-¿¡ALGÚN PROBLEMA!? -grito.

Puede que esté un pelín nerviosa de más, pero es porque no me gusta no saber las cosas, y menos si es sobre alguien que me importa.

-No -traga saliva-. ¿Podemos ir ya a desayunar? Me muero de hambre.

-Es lo más sensato que has dicho hasta la fecha.

Fui la primera en salir de la habitación y salir de las mazmorras.

>>Vamos a ver -susurro-, si está lleno de sangre y no es suya, es porque le zurró a otra persona de este castillo -me froto las sienes-. Y ahora es la hora del desayuno... ¿puede estar ahí? Aunque podría haberlo mandado a la enfermería...

Decidí sentarme a una esquina de la mesa donde tuviera buena visibilidad de todo el Gran Comedor. Regulus y Severus llegaron poco después y se sentaron en frente mía. En todo momento intentaron taparme las vistas.

>>¿Qué escondéis? -les miré con los ojos achinados.

-Si te lo cuento, no me creerías -responde Regulus.

-No voy a insistir más -dejo el tenedor en la mesa antes de haber probado bocado, me levanto y vamino hasta la puerta.

Me fastidia que no me cuente las cosas, pero no hice el drama por eso. Solo necesitaba levantarme para ver las mesas porque con su altura me tapaban.

La vista se me fue automáticamente a la mesa de Gryffindor. En ella, como siempre, estaban los famosos merodeadores, y uno de ellos tenía la nariz rota. Pero yo no era la única que miraba, y me di cuenta en el momento que cruce la mirada con Sirius.

Salí pitando de aquella sala, pero me pilló antes de llegar a los baños de las chicas.

-¡Cuñadaaa! -me sujeta de la manga del sueter-. Cuanto tiempo sin vernos.

-Oooh, cuanto tiempo -ironizo-... lo siento, pero no tengo tiempo... y no eres de mi interés -susurro esto último.

-Ni tú del mío, pero ahora somos familia -tira de mi hasta que nos apartamos de la vista pública-... y tenemos que hablar sobre problemas familiares.

Regulus Black y tú [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora