Solo Somos Dos

596 50 17
                                    

A la mañana siguiente estaba como la primera vez que amanecieron juntos.. Abrazados y la luz del sol golpeando sus rostros.. Solo que al parecer Haruchiyo no despertaba ni con eso.

Naoto vio a su alrededor, estaban los zapatos de ambos en el suelo, sus corbatas y copas de vino, al parecer no avanzó más la situación, aún así; tenía que irse pero antes dejó una carta en la mesa de noche en la cual explicaba la situación.

Se levantó de puntas, tomó sus zapatos y su corbata para caminar hasta la salida.. No quería despedirse de él.. Pero ni siquiera sabía lo que sentía, solo miraba a Haruchiyo desde la puerta de la habitación en donde durmieron y solo se acercó para depositar un suave beso, casi rozadura en los labios y salió de la habitación mientras intentaba llamar un taxi pero su batería estaba muerta.

Cuando pensó en irse caminando, escucho una voz familiar y una motocicleta, era Takemichi que había encontrado la moto de Naoto en puente.

– ¡Naotoo! – gritaba Hanagaki mientras manejaba hacia el y paro cuando estuvo en frente de la mansión desconocida. – ¡Naoto! ¡Me habías dado un infarto! ¡Leí la carta de que te citaron en el Puente Eitai pero no volviste y cuando encontré tu moto, las llaves y el casco me alarme!

Naoto todo ese tiempo que Takemichi gritaba intentaba decirle que no hablara en voz alta ya que Haruchiyo seguía dormido, movía la cabeza a los lados desesperadamente hasta que tapó su boca con sus manos. – Cállate, no grites..

Ambos se quedaron en silencio y ambos miraron a la ventana de la habitación más alta, al parecer no había nada.. Osea que seguía dormido, Naoto suspiro y miró a Takemichi. – Escucha, no podemos hablar aquí.. Necesitamos volver a la estación.. – tomó su casco y se subió a la moto detrás de él mayor, antes de ponerse su protector de cabeza, escucharon la puerta principal abrirse de golpe.

Ambos se giraron y al parecer era Sanzu, quien miraba a Naoto con seriedad y cuando vio que un desconocido se llevaba a Naoto y manejaba la moto su cara cambió radicalmente a una psicótica.

– ¡TACHIBANA! – Soltó el grito más aterrador y tétrico que los colegas se pudieron imaginar, su voz era una mezcla de locura, de odio, de tristeza y sobre todo de obsesión. – ¡JA, OSEA QUE ERES UN POLICÍA DE LA CABEZA HASTA LOS DEDOS DE LOS PIES! ¡SIEMPRE TAN ASTUTO AMOR MIO! ¿¡SABES LO QUE PASARA AHORA!?

Pudieron sentir un escalofrío, Naoto estaba congelado de no ser que Hanagaki lo jalo para que se agarrara a él y arrancar, pero al parecer la moto estaba fallando, giraba su muñeca con las llaves con desesperación mientras Haruchiyo caminaba a ellos.

Naoto veía esa expresión de Sanzu.. Que le causaba temor, aquella que mostró y no es una faceta agradable, Hanagaki se sentía intimidado por el teñido de rosa y los nervios de que se acercaba.

Cuando Sanzu había empezado a correr hacia ellos ya había logrado arrancar, de no ser que al encender fue oportuno, Haruchiyo hubiera tomando al oficial y darle la golpiza de su vida al conductor que estaba en la moto.

Mientras veía como su querido joven se iba en aquel vehículo con la persona que desde siempre los acechaba, su expresión de manía y obsesión se desvanecía por una de soledad y desconcierto. – ¿Naoto..? – preguntaba cómo si aún estuviera ahí y después sólo frunció el ceño, sus pupilas se volvieron diminutas y que a la par, apretaba sus dientes sólo para soltar un grito de enojo.

 𝓞𝓳𝓸𝓼 𝔂 𝓒𝓲𝓬𝓪𝓽𝓻𝓲𝓬𝓮𝓼 ~ 𝓝𝓪𝓸𝓗𝓪𝓻𝓾 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora