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Nayeon se quedó a su lado en lo que lo conectaban de nuevo a la quimio, su sesión ya había pasado, pero se quedó para acompañar a Mina, su expresión era perdida y triste hasta cierto punto, y Mina se sentía culpable por hacer eso.
— Escribí algo para tí— dijo Nayeon, de la nada, haciendo que Mina se sorprendiera por lo abrupto de aquello.
Nayeon buscó su cuaderno, fue hasta una de las últimas páginas que tenía escritas y leyó con lentitud:
—<< Escapando del mar de mis propias lágrimas, en una isla desierta encontré un náufrago, sobran palabras y faltan rimas, en el frío sobra calor y ya no sé qué hago, seguir a mí corazón me ha traído contigo, he tejido amor para ti, pero si quieres lo desago, pero aún así... con el último de mis alientos susurraré un "Te amo">>
Nayeon la miró sin saber qué esperar, pequeñas lágrimas estaban atrapadas en sus ojitos.
Mina extendió una mano hacia ella, y con una sonrisa boba, Nayeon la tomó, la mayor entrelazó sus dedos.
— Nayeon, ¿Quieres tener una cita conmigo?
Nayeon alzó sus cejas, no esperaba esa respuesta.
— ¿Cita? ¿A dónde?
— A donde tú puedas ir, ¿Cuál es el lugar más seguro para ti, afuera de este hospital?
— El centro comercial, creo... No es mi favorito, pero si está más limpio que los otros.
— ¿Quieres ir al centro comercial conmigo?
Nayeon sonrió y se ruborizó.
— Sí, Mina.
— Y quizás puedas enseñarme a escribir poemas, Nayeonnie... No es justo que no tengas ninguno y que me dediques palabras tan lindas... Y yo no pueda darte lo mismo.
Nayeon negó.
— Soy mala para recibir esas cosas... Poemas, cumplidos, cosas bonitas, ya sabes... No me va bien.
— ¿Puedo comprobarlo? — preguntó Mina con una sonrisa juguetona, Nayeon no entendió, sus ojitos se abrieron ampliamente sin saber qué esperar—. Nayeon, te amo.
El rojo cubrió su rostro, sonrió y un sonido alegre como de un bebé surgió de sus labios y cubrió su rostro con vergüenza, sintiendo cosquillas en su estómago, se agitó un poco con emoción.
Mina la miró, totalmente enamorada de esa reacción, rió para sí misma y se prometió hacer cosas lindas muchas veces para ver lo bonita que era su chica bonita.