·...·· 𝚘𝚍𝚗𝚘𝚕𝚒𝚞 ··...·

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—¿Qué esperas para entrar? —habló, comenzando a tambalearse por los efectos del alcohol —,ya quedan pocas chicas lindas, deberías ir antes de que arrasen con ellas — Su forma de expresarse hizo que el otro arrugara el ceño.

El rubio se apoyó de las paredes hasta sentarse a su lado, si bien Shion sabía que debía respetar a sus superiores si no quería amanecer golpeado en un basurero estaba tan ebrio que su escasa prudencia se había escapado.

A diferencia de los otros de Tenjiku, el de cicatriz se había quedado afuera de ese bar de mala muerte, la música, alcohol y drogas era algo que no faltaba en aquel sitio, sin contar las prostitutas que conocían muy bien a cada uno.

A todos menos a Kakucho.

Muchos no sabían el por qué, otros simplemente no lo entendían, el mismo Izana le había insistido en que probara con una de aquellas jóvenes, que debía olvidarse de eso y disfrutar.

A su lado, el rubio apoyaba su cabeza en su mano, apenas pudiendo reconocer a los de su misma pandilla.

Sabía que no tenía caso hablarle, no entendería el hecho de que él era fiel a la chica que lo había cautivado, aún si todavía no estuvieran en una relación formal, ella se había apoderado de su corazón y no podría verla a los ojos si aceptaba estar con otra.

El sonido de una puerta abriéndose detuvo el flujo de sus pensamientos, mostrando una azabache de piel pálida y labios rojos, que hacía resonar sus tacones en dirección hacia el dúo.

—¿Por qué te escapaste? ¿Acaso no quieres estar conmigo? —Se inclinó ligeramente, para desviar las miradas hacia su pronunciado escote, truco en la que cayó el ebrio Shion.

Éste como pudo se levantó y la chica tuvo que sostenerlo para llevarlo hacia el bar, se dio media vuelta, llevando sus orbes oscuros hacia el de cicatriz.

A pesar de que Tenjiku era reconocida como un grupo peligroso para esas prostitutas no eran más que una una pandilla llena de jóvenes hormonales que cedían fácilmente ante una minifalda, las chicas de ese lugar tenían preferencia hacia ellos ya que eran fáciles de manipular y dejaban buen dinero.

Ésta no perdió tiempo para guiñarle un ojo, aquel joven le parecía misterioso, lo había observado desde la distancia, siendo el único que no había puesto un pie en el bar.

—¿Quieres divertirte un rato cariño? —habló con su habitual toque seductor, el otro se movió nervioso, le parecía atractiva, si, pero no tanto como su hermosa Yuzuha —,este no va a durar mucho —abordó, moviendo ligeramente al pobre y tambaleante Madarame

—No gracias, prefiero estar solo.

—¿Qué tiene de encantador morir de frío en este feo callejón? Yo puedo brindarte calor —Mordió su labio inferior.

—¿Qué tiene de encantador morir de frío en este feo callejón? Yo puedo brindarte calor —Mordió su labio inferior.

Éste volvió a negar, lo que le parecía extraño a la mujer

¿No era su tipo? ¿Tal vez era gay?

No pudo decir más ya que salió otra chica diciéndole que entrara, aunque en medio camino el rubio vomitó todo lo que había ingerido esa noche.

Luego de aquella escena todo volvió a la calma, el de cabello oscuro fijó su vista al cielo, las estrellas iluminaban el oscuro firmamento, así como la sonrisa de Yuzuha iluminaba su caótica vida.





𝐎𝐝𝐧𝐨𝐥𝐢𝐮: Alguien que tiene un solo amor en su vida.

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