• Taiju Shiba •

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Capítulo 1

¿Cómo había terminado así?
Él es un alto mando de la nueva generación de los Black Dragons, una pandilla reconocida por ser violenta y devastadora.

Pero allí estaba.
De rodillas, frente a su novia.

— ¿Pasa algo, Taiju? —
(...) tiró de la cadena que conectaba con el collar de su novio. Cortesía propia.
Frunció el ceño un tanto molesta.
— Aún no me limpias los zapatos.—

— Lo siento muchísimo.—
Y como disculpa, Taiju acarició las piernas de su novia al mismo tiempo que repartía besos por el lado interno de sus muslos.
— De inmediato.—

Ella alzó la mano y dio una sonora bofetada a la mejilla del chico.
— Te estás portando muy mal.—
Se levantó del sillón de charol y se cruzó de brazos mirando hacia abajo.
— ¿Y sabes que significa eso? —

— (...) por favor. . . —
Jadeaba y salivaba por dentro. Hizo una reverencia ante ella estando a sus pies y se mordió el labio inferior cuando se escondió entre sus brazos.

— Mírame cuando te hablo.—
Volvió a tirar de la cadena obligando a que se vieran a los ojos y sus miradas conectaran. Ella levantó una de sus piernas y apoyó el tacón en los hombros ajenos.
— Quitame los tacones y llévame a nuestra habitación. —
Esa sensación de poder único era adictivo; sonreía de manera cínica al verlo tan humillado.

El asintió a su orden, tenía las mejillas ardiendo.
Tomó su tacón con una mano y su tobillo con la otra, quitando con suma delicadeza el calzado de ella. Y así mismo con el otro pie.
Una vez listo, se puso de pie dando a entender la enorme diferencia de tamaño y cargo a su chica con una mano.
— ¿Qué haremos? —

— Los perros no preguntan, solo ladran.—
Alzó una ceja sujetándose del cuello de Taiju y se acercó a su oído para hablarle más de cerca.

¿Alguna queja? —

— Woof.—
Respondió a secas entrando en la habitación, dejando a su querida novia sobre la cama principal.
Se sentó al lado de ella esperando a la nueva orden, con una expresión de deseo en el rostro.

— Recuestate, Taiju, ya haz tenido suficiente por hoy. —
Suavizó el tono de su voz y apoyó ambas manos en el pecho de el, incitando a que se recostara en la cama.
Se inclinó hacia adelante dando un beso a sus labios al mismo tiempo que se sentaba sobre su regazo.

— Puedo soportar un juego más.—
Tomo su propia cadena y la dejo en manos de ella. Quería saber que tan lejos llegarían esta noche.

— ¿Mmh? Haría cualquier cosa por mi cachorro. —
(...) dio el último beso a sus labios y estiro una de sus manos hasta la mesita de noche, donde rebuscó un par de sogas y una venda.
— Cierra los ojos, Taiju.—

Apenas cerró sus ojos, sintió una venda que limitaba su visión.
Solo con eso, su respiración comenzó a agitarse y la sonrisa latente iluminaba su rostro.
Pero algo le sacó de sus casillas.
(...) le ató las manos, desde las muñecas. Obviamente no podría tocarla.
— E-espera (...).—

— Shhh, no hables.—
Termino con los nudos de la soga, atando las muñecas de el con el respaldo de la cama.
— Owww, que precioso estás. —
Fue desabrochando cada uno de los botones de su camisa, revelando su trabajado cuerpo.
Pensaba con que podía comenzar, así que fue a lo principal.
Acercó su boca hasta uno de los pezones de Taiju y lo atrapó con su lengua, llenándolo de saliva y mordiendo suave cada tanto.

— ¡Ah! ¡Detente! —
Taiju arqueó la espalda ante la nueva sensación y se mordió el labio inferior para no gemir en voz alta.

— Silencio Taiju.—
Nuevamente abrió la palma de su mano y dio un golpe seco a su pectoral.

— ¡Mmmgh! —
Un hilo de saliva corría por la comisura de sus labios. Todo le encantaba.
Bastaron solo cinco minutos para que estuviera totalmente erecto.

— ¿Qué significa esto? —
Deslizó su mano por debajo de su ropa interior, atrapando su miembro con cuidado.
— Awww, pobre cachorro, debo aliviarte.—
Bajo su pantalón al igual que su ropa interior para que no molestara más.
Comenzó a mover su mano de arriba hacia abajo, masajeando la tensión acumulada que tenia allí abajo.

— ¡Por favor! —
Rogaba en voz alta moviendo la cadera, le torturaba que se moviera tan lento.

— Tranquilo cachorro. —
Rió antes de volver a atrapar su pezon para estimularlo con la lengua, mientras su mano seguía en el miembro ajeno.
Succionaba su pezon con intensidad hasta dejarlo de color rojo.

— N-no puedo.—
Respondió jadeando igual que un perro, apretando sus manos en forma de puño en un intento de calmar sus impulsos.

— Si puedes, mi amor.—
Sintió lástima, si, por lo que comenzó a darle atención única a su entrepierna.
Ella se sentó sobre su abdomen dándole la espalda.
Tomo su miembro con ambas manos y siguió masturbando con rapidez y agilidad con tal de no lastimarlo.

— No me quiero correr tan rápido. . .—
Pidió entre jadeos sin poder evitarlos. El cosquilleo le recorría hasta la última vértebra de la espalda.

— Eso quiero que hagas.—
(...) no tuvo más piedad. Le masajeaba con todos los trucos que sabía, con escucharlo rogar era más que suficiente.

Para Taiju, fueron los seis minutos más tortuosos de su vida.
Llegó al orgasmo ahogado, alzando su pelvis y forzando los amarres de la soga.
Sus manos sostuvieron la cintura de su chica aprovechando que ella estaba sobre el y apretó de su piel.
— ¡Dios! ¡Se siente tan bien! —

Ella, satisfecha con lo que había hecho, lamió los restos de fluidos que consiguió por molestar a Taiju.
— Buen chico. ♡ —

— ¿Eso crees? —
Con una de sus manos se quitó la venda de los ojos y dio vuelta la situación, dejando a su novia en cuatro patas abajo de él.
Gruñia entre dientes sobre su cuello y le mordió la nuca.
Le separo las piernas, apoyando su nueva ereccion en la entrepierna de ella.

— Taiju, abajo.—
Dijo avergonzada apretando de las sabanas. Era un karma instantáneo.

—No lo creo, gatita, hoy vas a ser MI mascota.—

|| De que estuvo fuerte, estuvo fuerte.

; [To be continue. . . ] ; Anime boys.-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora