; [To be continue. . . ] ; Anime boys.-

• Sanzu Haruchiyo •

Capítulo 2

(+18)

💊

Pasaron 24 horas exactamente y Sanzu volvió a casa.
(...) había finalizado su segundo turno en el trabajo y tomó un taxi para volver a casa. La madrugada estaba muy fría, más de lo habitual.
Un escalofrío le recorrió cada a vértebra de la espalda y la hizo estornudar.

Rebuscó las llaves entre los bolsillos de su cartera pero de nada sirvió, su novio abrió la puerta.

— Estas no son horas de llegar.—
Sanzu se cruzó de brazos en el umbral de la puerta. Conocía a la perfección los horarios de su amada.

— Lo mismo digo.—
Contra atacó haciendo el mismo moviendo, pero ella alzó una ceja esperando una respuesta.
— ¿Puedo entrar a mi casa? Necesito una ducha.—

— Hoy no tengo ganas de discutir, amorcito.—
La tomó del brazo y la atrajo hacia él.
Con su mano libre cerró la puerta al igual que el seguro.

Ambos se besaban con desesperación, se lo debían.
Por el pasillo iban quedando repartidos los restos de ropa, algunos pañuelos sucios, la cartera, los tacones y el arma cargada de Sanzu.

Ni siquiera les dió el tiempo para ir a la cama.

Todo ocurrió en la sala de estar. En el sillón principal.

La escena era iluminada gracias al enorme ventanal del último piso, la luz de la luna entraba en todo su esplendor.

— Separa más las piernas.—
Pidió acomodándose en una nueva posición, Sanzu la tenía sujeta en contra del sillón, presionando su cuerpo hacia abajo.

(...) hizo caso inmediato. Literal que estaba sobre cuatro patas en los almohadones del sofá, con las manos apoyadas en la pared.
— Más fuerte, Sanzu.—
Pidió entre jadeos.

— Shhhhh, tranquila, tranquila.—
Rio acariciando su cabello, moviéndose lo más lento que podía. Era una venganza por lo ocurrido anoche.
— ¿Quién te trajo hoy? —
Preguntó dando una estocada fuerte y se volvió a quedar quieto.

— ¡A-ah! ♡ Vine en taxi. . . El mismo de siempre.—
Arañó la tela del sofá y se mordió el labio deseosa.

— ¿Y todo bien? —
Sólo quería estar seguro. Ya tenía las pildoras reaccionando en su cabeza.
Dió otra estocada esperando una respuesta rápida.

— ¡Si! ♡ ¡Está todo bien! —
Poco a poco se iba desesperando. Odiaba que la controlara de esa manera, solo causaban más ganas de tener sexo.

— Muy bien, muy bien.—
Sanzu pegó el pecho a la espalda de ella y le mordió el hombro, a plena vista, dejando una marca territorial.
Siguió así, por sus brazos, cuello, nuca y clavícula.

(...) sabía que no podía ir a trabajar teniendo esos chupones y marcas repartidas por el cuello, pero era buena hora de darse un descanso por este mes.
Disfrutó de cada una ya que casi nunca la podía morder así.
— Tranquilo, cachorro.—
Mordió su labio inferior y le guiño un ojo.

Sanzu gruñó en su oreja, siguiendo con el juego al igual que con las mordidas. De pronto volvió a mover su cadera, arremetiendo en contra de ella.
Una de sus manos se deslizó por las raíces de su cabello, tomando una buena cantidad y jaló con fuerza medida. Mientras que con la otra mano, la tomó desde el cuello, obligando a qué sus miradas de cruzaran.

(...) tenía los ojos brillantes de la excitación, la lengua fuera, jadeando igual que un animal cansado. Las mejillas ardiendo.

Claramente, Sanzu aprovechó la instancia.
Apretó las mejillas de su novia y le escupió directamente sobre la lengua.
— ¿Quién es el cachorro ahora? —