O6

491 70 0
                                    

Cómo era de esperarse, el West Coast estaba casi solo, igual que el día anterior.

Esa vez, solo había una pareja charlando, un tipo que parecía haberse pasado de copas y estaba pasando una mala noche. Por la puerta entraron Jeno y Mark mostrando su identificación al hombre de seguridad para permitirles el acceso. Hasta cierto punto eran clientes frecuentes, pero no quitaba que se dudaba sobre su edad.

—Siempre está tan solo...

—Creo que eso bueno, ya sabes, eso.

Mark miró a Jeno con una ceja alzada y siguió su camino hasta la barra, el menor siguiéndole por detrás.

Cuando se sentaron en un par de sillas altas, vieron al barman acercárseles. Pidieron dos vodkas y charlaron un poco.

Algo que Jeno pudo notar, fue que la mirada del rubio no se separaba del chico de los tragos.

Lee Donghyuck, decía su la etiqueta de metal en su playera.

Mark no era alguien que se interesara mucho en constantemente estar buscando alguien con quién estar, simplemente dejaba que la situación se diera. Sin embargo, a leguas se notaba que la intención de su mayor era más que solo verlo toda la noche.

Una vez el chico se fue a atender a otra persona, dio un pequeño codazo al mayor sonriendo de forma pícara. Mark hizo una mueca.

—Interesante. —Dijo Jeno en tono burlón—. Te gustó el barman, no se puede esperar más de ti, Mark.

—Silencio. —Se quejó—. Solo es... Es lindo, sí.

Jeno hizo un ademán y negó sonriendo. No se sorprendería que en cualquier momento que se descuidara, el mayor ya estuviera comiéndole la boca al tal Lee Donghyuck.

El vodka llegó y ambos comenzaron a tomarlo tranquilamente mientras charlaban de que Mark planeaba reanudar sus estudios. Ambos habían abandonado la escuela antes de empezar la universidad, ir y sentarse a una silla de madera durante horas y horas definitivamente no era lo suyo.

—¿Y qué estudiarás? —Cuestionó Jeno interesado. El hecho de regresar a la escuela no llamaba su atención, pero a la vez era extraño no hacer nada por su futuro como estudiante, así que el que el contrario quisiera retomar el camino le enorgullecía.

—Probablemente algo de periodismo, me gusta la idea desde hace tiempo y ya sabes, escribir notas periodísticas es interesante.

Jeno asintió y dio un trago a su bebida. Al bajar la cabeza, pudo divisar a un chico entrar.

Ese chico...

Enfocó mejor entre la densa oscuridad y un par de luces y cuando logró distinguir, suspiró profundo al ver a aquel chico en especial.

No sabía nada de él, no conocía su nombre ni quién era realmente. Solo podía presenciarlo cuando se sentaba en la mesa del fondo y fumaba un cigarro, a veces viendo simplemente su teléfono u otras veces pensando.

El día anterior cruzaron por primera vez miradas y supo de inmediato que hubo un algo. No quería ilusionarse o algo por el estilo ya que recién había terminado con Renjun un par de semanas antes, tampoco sabía si realmente el desconocido estaba interesado en él, pero no podía evitar sentirse realmente atraído, al contrario.

—¿Qué miras? —Mark miró hacia la puerta, donde estaba la mirada de Jeno y entendió rápidamente—. Es él, ¿cierto?

Jeno asintió volviendo su atención a su bebida y cuando la terminó, volteó el vaso sobre la mesa.

—Sí, es él.

—¿Y por qué no vas hacia él?

Jeno le miró curioso, ¿la pregunta de su mayor era en serio?

—¿De qué hablas?

—Vamos, eres guapo e interesante. ¿Por qué no te acercas a ese niño?

El menor apoyó su codo en la mesa y su mejilla en la palma de su mano. Él realmente no consideraba tener algo interesante que pudiera llamar la atención del chico de ojos bonitos. Su vida se basaba en perder el tiempo en el día, pasar la tarde con sus amigos y perderse en la noche.

—No sé, puede que lo haga, solo... Necesito saber qué decir. No soy tan abierto a desconocidos, aunque me gusten.

— Mh. —Mark también terminó su bebida, esa noche ambos decidieron no tomar más así que también volteó su vaso—. Te sugiero que no lo pienses mucho, ya sabes, el mundo va y viene. Solamente no lo dañes como a Renjun.

Jeno sintió una oscura mirada por parte de su amigo, fue extraño, pero simplemente lo vio pagar los tragos y buscar con la mirada al barman. Se sintió algo intimidado.

Para cuando iba a levantarse, alguien tocó un par de veces suavemente. Por unos segundos se asustó, pero cuando se volteó miró al chico que se adentraba a sus pensamientos.

—Hola, soy Na Jaemin.

West Coast | NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora