Corazón De Tinieblas [Nueva Versión]

Capitulo VII

Me había pasado gran parte del día pensando una y otra vez las palabras que me había dicho Evan aquella noche. Tenía que hablar con Ethan y tratar de convencerlo de que me ayude a volver a casa. Sólo que sabía que no sería nada fácil hacer que ceda ante mi petición. Pero si no lo intentaba por lo menos un poco jamás sabré si dice que sí o no.

Le había buscado por todo el castillo pero no habían señales de el. Según Ancira el había tenido que salir a resolver algunos problemas en el reino de suma importancia así que tuve que esperar a que llegara.

Las horas pasaron y gracias a todos los dioses Ethan volvió. El problema era que cada vez que me iba a acercar a el salía disparado junto a su mano derecha a hacer quién sabe que. Me pase buen parte de la mañana tras el hasta que cansada de tanta espera decidí tomar el asunto entre mis manos. Lesthat no estaba por ningún lado,cosa que me pareció rara ya que no se separaba de mi.

Llegué justo al frente de las puertas de la sala del trono donde dos guardias vigilaban atentamente cada movimiento. Apenas pestañeaban,pero su actitud amenazante daba un poco de repelús.  Intento pasar dentro pero ellos me detienen cruzando delante de la puerta las lanzas de hierro que traían en sus manos.

—Necesito pasar.

Uno de ellos,el mas alto,me mira de pies a cabeza.

—¿Quién quiere molestar al rey?

<<Idiota>>

—Soy Emma—trato de mantener la voz firme—y necesito ver a Ethan.

El guardia a mi derecha arquea una ceja rojiza luego de escuchar como nombre a su Rey.

—El rey Ethan está ocupado—me informa secamente.

Aguanto las ganas de darle un puñetazo en la nariz.

—No me interesa, necesito hablar con el sobre algo urgente—al ver que ninguno hacia lo más mínimo por dejarme entrar, decidí utilizar otra forma —por favor... De verdad que necesito hablar con el urgentemente. Es algo que le conviene a vuestro Rey —tanteo. No es mentira,de seguro que está loco por deshacerse de mi—y estoy segura de que no le gustará saber que ustedes no me dejaron pasar.

Los hombres se miran un segundo y tras meditar entre ellos quitan las lanzas y abren la puertas. Paso entre ellos rápidamente antes de que cambien de opinión y me saquen a rastras. La sala del trono era impresionante. Un gran salón con techo alto y encapsulado de donde un lámpara de araña muy hermosa colgaba alumbrando todo el lugar.  Las paredes estaban adornadas con oro incrustado en las paredes en lo que parecían ser estrellas. Asientos me rodeaban al punto de que parecía tipo los jurados que existían en mi mundo. Mis tacones resonaban en el marmoleado y brillante piso el cual reflejaba mi rostro.

Al frente,una gran escalinata de piedras donde en lo más alto se encontraba un trono de piedra. El espaldar hacía varias puntas,la del medio más alta y en la parte derecha e izquierda se hacían más pequeñas. En los brazos del trono habían la cabeza de dos leones con la boca abierta y los dientes amenazantes...y sentado en ese trono,estaba Ethan.

Su postura se veía relajada,con cada brazo apoyados sobre las cabezas de los leones mientras que con sus dedos se movían en pequeños círculos sobre la superficie. Su piernas enfundadas en unos pantalones negros estaban cruzadas,la izquierda sobre la derecha. Todo el exuda autoridad y poder,su alma y su cuerpo gritan fuertemente que él es el amo de todo esto,que el manda aquí.

Recostado a sus pies se encontraba el tigre blanco. Sus ojos verdes me miraban analizando mis movimientos.

Ver todo aquello me causó un pequeño escalofrío en la espina dorsal. Era un poco aterrador,pero había que aceptar que donde quiera que miraras la palabra “poder” estaba en su mayor estupor.