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Andrea siempre creyó que el encontrarse con una persona o vivir una experiencia extraña no era coincidencia

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Andrea siempre creyó que el encontrarse con una persona o vivir una experiencia extraña no era coincidencia. El destino tenía un propósito ya sea grande u pequeño en la vida de alguien, pero ahora mismo la vida se lo confirmaba ya que el hombre de nombre Elijah se encontraba junto aquel hombre extraño del otro día.

El hombre rubio solo se mantenía en silencio observando la con incredulidad oculta en sus ojos, pero aquella incredulidad fue remplazada por el enojo a cada segundo a medida que Sophie le relataba los hechos de aquel embarazo, sin hacer mención del como el bebé fue el mayor causante que ahora se encuentre en el vientre de Andrea.

—Es imposible—negó el rubio con voz ronca—No puede ser mío, no la conozco—

—He dicho lo mismo—dijo Andrea para después quedarse callada bajo la mirada de muerte que el rubio le envío.

—Todo es una absurda mentira—acuso ignorando las palabras de la chica—¡Todas ustedes mienten!—señalo a las brujas y en especial a Sophie—Los vampiros no pueden procesar y mucho menos con alguien que nunca hemos visto—

—Pero los licántropos si—hablo la Deveraux sin repetir sobre la magia de la transferencia—La magia te convirtió en vampiro, pero naciste como licántropo. Eres el híbrido original ¿No?—Andrea solo observo como la palabra nacer irritaba al rubio—El primero de tu clase y este embarazo es una fisura de la naturaleza—

—Una aberración—

Andrea e incluidos los hermanos llevaron su mirada a la bruja que la Swan conocía como su secuestradora.

—Vuelve a mencionarlo y te cortaré la lengua—siseo amenazante la Swan ganado una mirada sorprendida de ambos Mikaelson pero Klaus lo ocultaba bajo la indiferencia.

—Es tu hijo Niklaus—hablo Elijah al rubio.

El rostro de Klaus se contrajo de furia llevando su mirada a la chica pelirroja.

—¡Has estado con otra persona admítelo!—exclamo hacia la chica—¡¿O me han engañado para acercarte a mi esa noche?!—

Andrea lo observo ofendida y furiosa ante tal insinuación hacia su moral, a ella no le molestaba admitir si estuvo con alguien más o que aún no estaba con ningún hombre pero que hicieran tal insinuación sin conocerla la ofendía demasiado.

Serendipia | Elijah Mikaelson |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora