PENSAMIENTOS CONSTANTES

4 1 0
                                    

Recuerdo algunos momentos de mi infancia, también algunos de mi vida como adolescente, recuerdo por supuesto...  Momentos que fueron bellos, mágicos y alegres, y otros que no lo fueron tanto.

Recordar aquellos días que compartí en familia con pleno gusto aún hace que se me cristalicen los ojos. Esos días con el calor del sol, o incluso con el viento fresco de la luna, momentos en que compartimos tiempo, miradas, risas... Y vuelcos en el corazón por esa inmensa felicidad que se sentía.

Claro que en esos días no todo fue color de rosa, porque no siempre estuviste presente; lastimosamente para mí, tu ausencia era notoria, claro que si estabas en el lugar, las cosas tampoco cambiaban mucho.

Verte ebrio, egocéntrico y siempre orgulloso, destrozó por completo el concepto que tuve de ti.

Duele recordar que antes te llamaba con un "papi" lleno de amor, porque eso era lo que sentía; te respetaba porque te amaba y te apreciaba en mi mágica inocencia, pero ahora es solo un "papá, padre" con desilusión y tristeza, porque con el paso de los años esa inocencia se ha ido y el respeto que aún te tengo dejó de ser por amor a ser por temor.

Pero tu ausencia no ha sido del todo lo peor, gracias a ella aprendí a valorar a mamá, aprendí que sus oídos siempre estarán ahí para escucharme pero que soy yo quien no abre la boca para hablarle.

Aprendí que su hombro siempre estará ahí para mis lágrimas pero que soy yo quien se niega a soltarlas, aprendí que sus brazos siempre estarán abiertos para mí pero que soy yo quien niega ese tacto, aprendí... Que fue, es y será una gran madre pero que yo he desvalorizado su trabajo siendo una pésima hija.

Gracias padre porque a causa de tu ausencia he aprendido a querer a mamá, pero por favor no te quejes cuando mis muestras de afecto se reflejen en ella y no en ti, porque si tu ausencia sigue siendo constante aprenderé no solo a querer a mamá, sino también a tenerle confianza.

SUSPIROS DEL ALMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora