No pierdas el control

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La visión se nubla, la escucha disminuye, la cabeza da vueltas y el pecho se aprieta. Se acumulan en mí sentimientos nuevos, sensaciones escandalosas que me confunden y me sacan de mis cavales.

El miedo por lo desconocido se acerca; me acecha, está por allí, escondido en alguna esquina esperando a que me vuelva pedazos para gritarme en cara una y otra vez las mismas tres palabras, "te lo dije".

Porque él si me lo dijo, me advirtió que todo fracasaría y me aconsejó con amor de hermano que huyera antes de salir herida.

Pero quiero hacerme la tonta ante sus palabras porque veo que en otra dirección, aún más cerca, vienen tomadas de la mano esperanza e ilusión; ellas sonríen en grande, llegan a mí brindando un fuerte abrazo y susurran en conjunto a mi oído que miedo solo dice patrañas, que no sabe de lo que habla, yo únicamente debo lanzarme a ojos cerrados en esta nueva etapa.

Por un segundo creo en lo que escucho, pero llega entonces con preocupación de madre la razón y, arrastrando a miedo del brazo me dice que es él quién me ha dicho la verdad, soba mi espalda y besa con sublime dulzura mi cabeza para murmurar un casi inaudible "solo tienes que dejarlo pasar".

Los sentidos se mezclan, la ira me invade y estallo frente a todos, sin ser consciente de ello, les he gritado a todos mil barbaridades terminando mi berrinche en un "quiero estar sola".

Ellos entienden, obedecen y me dejan en mi soledad, ahora me encuentro completamente perdida en este laberinto de incertidumbre y no cuento con ayuda porque la he alejado bruscamente, porque simplemente no he sabido controlarme.

SUSPIROS DEL ALMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora