EPÍLOGO

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EPÍLOGO: QUERER

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EPÍLOGO: QUERER


—No puedo creer que al final hayamos conseguido convencerla.

    Miré al chico a mi lado, el viento desordenándole el cabello de la manera más poética y visual.

—Lo habéis hecho, estoy orgullosa—. Le sonreí, ambos sentados sobre la arena cerca del mar.

—En realidad fue todo cosa de Jeremiah. Él fue quien lo consiguió.

—Con, esa mujer os adora, haría lo que fuera por cualquiera de los dos. Y la verdad, no la culpo—. me sonrió un poco y dejó caricias discretas en la palma de mi mano.

    Su risa mandó sensaciones cálidas a mi pecho y deseé quedarme a vivir en ellas.

—¿Bailey?

—¿Sí?

—Gracias—. Levantó mi barbilla con su mano suavemente para que nuestras miradas se encontraran—. No tenía ni idea de lo perdido que me estaba hasta que cogiste mi mano.

—Voy a sujetar tu mano hasta que te sientas lo suficientemente seguro para caminar tú solo, Connie. No voy a dejarte caer, nunca—. Él asintió y ambos sonreímos—. Dios, como odio la arena.

—¿Enserio?— Conrad me miró divertido y rápidamente negué con la cabeza, adivinando sus intenciones.

—No, ya no. Me encanta, me la comería si pudiera —mentí y me levanté todo lo rápido que pude para irme lejos. El chico se rio de mi reacción y luego corrió detrás mío, atrapándome cerca de la orilla y levantándome por los aires.

    Porque querer es un mundo para cada persona. Algunos quieren con palabras y otros con acciones. Algunos quieren con el corazón y otros con los pulmones.

    Y yo no sabía cómo me quería Conrad a mi. Pero yo... yo le quería con todo.

    Con el corazón, que bombeaba más rápido cerca suyo. Con los pulmones, que dejaban de respirar cuando sonreía. Con el tacto, que me hacía estremecer cuándo rozaba. Con la cabeza, que explotaba con pensamientos sobre él y nosotros.

    Y mierda, le quería de tantas formas y tan intensamente que podría haber creado una nueva palabra para amar. Solo para mí. Solo nuestra. Para siempre nuestra.


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Turning Page || Conrad FisherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora