CAPÍTULO 11

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CAPÍTULO ONCE: EL BAILE

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CAPÍTULO ONCE: EL BAILE


—¡FELIZ NAVIDAD A TODOS, JESÚS OS AMA! —grité bajando las escaleras en dirección a la cocina sobre la espalda de Jeremiah.

—Es verano, Bailey —dijo mi madre sin dejar de cocinar, ya acostumbrada al escándalo que el rubio y yo solíamos causar cuando estábamos juntos. Los demás se rieron un poquito.

—Ah, es verdad—. Me bajé de encima de Jere y fui hacia donde Conrad nos miraba divertido—. Buenos días, feo—. Sonrió de una manera tan feliz y tan pura que cuando sus manos tiraron de mis caderas para acercarme más a él, sentí que me deshacía en ellas.

—Buenos días—. Sus ojos azules y brillantes, atraparon los míos con la intensidad de todas las emociones que recorrieron mi cuerpo hasta las puntas de mis dedos, en forma de escalofrío. Y juré que moriría cuando sus labios se hicieron a los míos, dulces y suaves.

—Me debes cinco dólares —escuchamos por detrás nuestro.

—¿Qué? Pero si yo no he apostado nada, estaba claro que iban a terminar así —se quejó el chico.

—Cinco dólares—. Nos giramos para ver a Eleanor y Jere mirándonos fijamente mientras se reclamaban.

—¿Habéis apostado por ellos? Yo también quiero. ¿Dónde firmo? —añadió Belly.

—¿Qué apuestas?

—Yo digo que terminarán juntos.

—Jeremiah, nos debes cinco dólares a cada una —terminó mi madre, y ella y Belly chocaron las manos.

—No hay manera de que esto funcione así —murmuró él con el ceño fruncido, Con y yo nos reímos.

—Belly, deberías ir preparándote —les interrumpió Susannah—. Ah, y quiero a todo el mundo alejado del salón, he terminado todos vuestros retratos y esta noche, después del baile, tendremos una presentación—sonrió—. ¿Puedes llevar eso al coche de Laurel, cariño?— Le tendió el vestido a Jeremiah.

Turning Page || Conrad FisherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora