Capítulo 4 ~ No mires los garabatos

181 9 4
                                    

Día 08 de marzo del 20XX, 8:30pm

Era muy tarde, talvez ya muy tarde, al menos para Freddy.

Podías oir desde fuera los pasos constantes y preocupados de una madre esperando el regreso de su pequeño hijo.

Él no llega tarde, ¿por qué legaría tarde? Y si hubiera ido a algún lado, ¿por qué no ha avisado?

Aveces ella miraba al telefono dudando si debía o no empezar a llamar a la misma policia porque su jóven no regresaba temprano a casa. Todavía eran las ocho de la noche, para cualquier jóven en realidad aún es temprano, pero no para sú joven. Ella sabía lo que esto significaba y no dejaba de marcarle el celular esperando una respuesta y derrepente oyó el golpeteo a su puerta. No lo dudó ni un segundo y corrió a abrirla.

Ahí lo veias al chico que venía muy tranquilo con una bolsa de chetos en manos y para nada sorprendido.

-Freddy Alfonzo Venegas Andrade, ¿estas son horas de llegar jovencito? -habló entonces la madre con un tono enojado mientras observaba como su hijo ingresaba a la sala tranquilamente-.

-Eres una exagerada -le contestó pero sin siquiera girar a decirselo en la cara-.

Eso desconcertó a la madre de Freddy.

-... No eres Freddy.

-Felicidades Martha. -se gira a verla- Finalmente parece que has aprendido a diferenciar nuestro tono de voz.

-No es el tono, es cómo hablas.

-Si, como sea. -se gire y sigue caminando- Encenderé la tele y ya no hables, tu simple presencia arruina este día.

-Deja en paz a mi hijo. -le habló con enojo- Te lo ordeno.

Entonces el chico se detuvo.

-¿Ahora te crees en el derecho de poder darme ordenes?

Tanto Martha, la madre de Freddy, como el ya conocido como "el parasito" o "la sombra", se tenían un gran odio. Por parte de la mujer, temía por la seguridad y bienestar de su hijo, por parte de la sombra, sentía un odio inexplicable que le era difícil de entender, de cualquier forma no es como que hubiera aprendido a sentir otra cosa que no sea negatividad, odiaba su voz, su forma de habla e incluso su simple presencia. Si decidió volver a casa antes de las nueve fue por el mero hecho de que el cuerpo estaba agotado de tanto caminar sin rumbo alguno.

Ya se había gastado todo el dinero en un acarde donde se quedó jugando por horas en las máquinas y lo que le había sobrado ya lo había gastado en los chetos que ahora sentía asco en comer.

La simple presencia de Martha hacia que él recordara el asco y odio que sentía ante la vida que tenía y debía soportar.

-Estas bajo mi tutela aunque eso no nos guste a ambos, así que si. Entre tú y yo muchacho, las ordenes vienen de mí.

Tenía una ira contenida dentro, como queriendo gritar, decirle las cosas más horribles que pensaba de ella y que quería decirle.

"Tu me dijiste que soy un parásito. No soy tu hijo y mucho menos algo que quieras cuidar. ¿Por qué entonces cuando más te comviene, quiéres tratarme como a un crio tuyo? Sabes que no lo soy y jamás lo seré."

HS ~ Tiempos aquellos // FHS AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora