Estoy cansada. Cansada de seguir siempre lo que me dicen. Cansada de ser un títere. Cansada de no poder dar mi opinión respecto a mi vida. No pedí esto. Y si de haberme preguntado si quería ésta vida, estoy segura que diría qué no.
Lo único bueno que tengo es mi madre. Papá es muy diferente a ella. Ellos se casaron porque mis abuelos les hicieron un matrimonio arreglado. No se conocían sino hasta su boda. Papá junto con mis abuelos tratan de que yo siga sus pasos. A madre solo le toca callar y asentir. Sé que si ella tuviera voto, todo sería diferente.
Son de ése tipo de personas que denigra a la mujer. No somos más que su diversión. Solo espero que cuando sea coronada, pueda cambiar eso. Estoy cansada de todo esto.
Mi familia sabe mi orientación sexual. Papá y los abuelos pegaron un ojo al cristo cuando supieron. Mamá fue muy linda en apoyarme y aconsejarme ya que ella aunque no lo crean es lesbiana. Sus padres no dudaron aún así en casarla a la fuerza. Ella amaba a una mujer cuando la separaron. Desde ese entonces no volvió a ser la misma y también porque nunca supo de ella ya que eran de estatus social diferente. Sé a ciencia cierta que mamá la amo y la ama con todo su corazón.
Mis abuelos decían que casándola con un hombre iba a cambiar su parecer, ya que era mal visto que una princesa fuera lesbiana y ésta no estuviera casada con un rey.
Es lo que harán conmigo. Casarme con el príncipe Patrick Cavill. Hoy lo conoceré ya que tengo que conocer "el terreno" del cual voy a estar de por vida.
Hagámosles creer eso.
Ahora mismo estoy en mis ensayos de coronación. Postura, caminata, vestimenta y fingir felicidad.
Sé que en mi coronación habrán miles de personas y eso me tiene nerviosa porque no soy de convivir con gente de más allá del portal del castillo.
No es cómo si me dejaran salir de todos modos.
♣ ♣ ♣ ♣ ♣
Han pasado cinco horas desde que inicié el ensayo y estoy agotada, lo bueno que es todo por hoy.
Son la 1:30 p.m. y en pocos minutos Patrick llegará para conocernos y almorzar juntos, petición de los hombres no mía.
Voy directo a mi habitación para cambiarme este ridículo vestido y ponerme algo más cómodo. Me vale si llegan a enojarse, estoy en mi casa y si a Patrick no le gusta pues se puede ir por donde vino. Nadie lo llamó ni lo quieren.
Tomo una ducha y busco lo primero que encuentro. Un vestido veraniego color amarillo de tirantes. Voy al gran espejo que tengo para ver como me queda y me gusta lo que veo. El amarillo resalta con mi tez morena y dan una buena posición a mis pechos medianos. Los adultos se volverán locos. Pero amo romper las reglas.
Salgo de mi recámara al comedor porque puedo escuchar voces ahí. Me asomo y encuentro a mis padres juntos con mis abuelos y un chico que supondría que es el susodicho Patrick.
Tiene pinta de que lo odiaré.
— Hola. —hago gozo de presencia.
— Hija, ven aquí, te presentaremos a Patrick.
Fui donde ése tal Patrick y vaya que si es guapo. Pero no me va la varilla, de eso estéis seguros.
— Su alteza. —dijo mientras hacía una reverencia.
— Millie. Tu debes ser Patrick. —le tendí la mano y la tomo con un firme apretón.
— Es un gusto por fin conocerla, mi lady.
— Nosotros los dejamos solos. —dijo mamá dándome un beso en la frente y papá un asentimiento de cabeza.
— Puedes dejar de fingir —dije.
— ¿Disculpe?
— Sé qué no te va el género opuesto, puedo olerlo a kilómetros. Mi radar gay nunca se equivoca. —le dije seriamente.
— ¿Cómo sabés eso? —alzó la ceja.
— Solo ves mis ojos. Cualquier persona miraría mis pechos y tú no. —cruce los brazos.
— Tiende a tener una muy mala explicación sobre sus hechos, mi lady.
— Solo sé que tú y yo no queremos casarnos. A mi no me van los de tu tipo ni ninguno. Y a ti por supuesto que tampoco las de mi tipo.
— Dios mujer ¿Cómo lo descubrió?
— Es un don, cielito. —rodó los ojos.
— Sus padres se volverán furiosos si no nos casamos, mi lady.
— Y yo vivo para hacerlos enfadar.
Tras unas horas de estar con Patrick ideando un plan sobre como hacer que nuestros padres cambien de opinión, decidimos seguir cómo ellos quieren, por el momento. Fingiremos estar enamorados para al final tirarles la bomba.
Almorzamos y cenamos juntos porque tanto a él como a mi se nos paso el tiempo de volada. Pudimos conocernos un poco y me cae un poco menos mal de lo que pensé.
Eran las 6:30 p.m. cuando a él le toco irse.
Mamá vino al comedor para ver como estaba.
— Bien mamá. Me cayó bien y decidimos seguir con la boda.
A mi mamá le sorprendió mucho eso porque era yo la que no quería casarme con alguien que no amaba.
— ¿Si, hija? ¿Y qué cambió?
— Sí. No es un patán después de todo y puedo sobrevivir a él. Vamos a conocernos un poco más y ver que sale de eso.
— Oh. Si es tu decisión Mill, esta bien.
Salió por la puerta del comedor y me sentí mal por no decirle toda la verdad. Espero me comprenda al final.
Me quede unos minutos más repasando todo lo que va a cambiar en mi vida. ¿Ser reina de un país? Me aterra y temo no hacerlo bien. Solo quiero ser una chica normal que vaga por las grandes calles de Reino Unido agarrada de la mano con el amor de su vida.
Salí de ahí absorta de todo y me dirigía a mi habitación para poder descansar un poco cuando sin previo aviso choque con un cuerpo delgado y pequeño.
— Dios. Disculpa mucho, no iba viendo por donde caminaba. —le dije a la chica de pelo rojizo que había caído de pompa al suelo.
Le tendí la mano para ayudarla y cuando tomo mi mano y alzó su rosto, mi mundo se paró.
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His Queen ©
Teen FictionMillie Posey está destinada a ser la futura reina y heredera de Inglaterra con tan solo 21 años. Lo que desde pequeña la llevó a tener una vida restringida de la humanidad. Entrenada para este momento. Todo estaba planeado. Todo. Hasta que llegó el...