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cuatro

-¿cuándo llegue a aquí, harry? -le preguntó louis, confundido.

-t-te quedaste dormido en la azotea, a-así que pensé que sería mejor si solo te dejaba dormir aquí. era tarde y te podía pasar algo.

-oh -sonrió-. gracias, harry. por cierto... ¿dónde dormiste?

-el sofá. es más cómodo de lo crees.

-pero...

-no te preocupes por eso. no te dejaría dormir en mi sofá de todas maneras.

-claro -él asíntió-. ¿desde cuándo me llamas lou? ayer te escuché llamarme así.

-oh... n-no sé... c-creo que...

-lo digo porque mi mamá me llamaba así de niño. es tierno. ah, y, ¿tienes ropa que quieras prestarme?

el ojiverde asintió, dirigiéndose hacia su cuarto, sacando una camiseta blanca y unos pantalones de chandal. sonrió al ver que cuando llegó a donde estaba louis, éste estaba jugando con archie. le llenaba de ternura como el chico se mostraba tan contento con el cachorrito.

-aquí está tu ropa -le dijo, dándosela en la mano-. bueno, mas bien mi ropa. me di cuenta de que eres muy lindo... con los animales.

-oh... gracias. siempre quise una mascota. amante de los animales, supongo.

-el baño es la puerta a la derecha.

louis asintió y se dio de espaldas, caminando hacia donde su amigo le había dicho.

mientras tanto, harry sintió como si se quisiera morir. sabía que había dicho una estupidez, que, por suerte, pudo cubrir.

lo peor es que se notaba que louis había escuchado eso. creía que el rubor en sus mejillas lo decía todo. él suspiró y se tumbó en el sofá detrás de él. archie se encimó, haciéndolo sonreír. empezó a lamerle la cara, mientras harry le acariciaba el estómago. después de unos segundos de haber hecho eso el perro se recostó al lado de él. sabía que archie quería seguir siendo mimado por su dueño, así que se encogió de hombros y siguió haciendo lo que empezó. no pudo evitar sonreír al ver a su perro tan alegre.

-¡harry! -gritó louis, saliendo del baño-. ¿qué talla se supone que eres?

el chico de rulos lo miró extrañado, pero cuando alzó la mirada se dio cuenta, mientras soltaba una pequeña risa: la ropa de éste se veía inmensa sobre él. parecía un niño chiquito con la ropa de su padre. harry pensó que se veía más adorable que nunca.

-no negaré que tu ropa es cómoda... y huele bien.

louis notó en su celular un mensaje sobresaliendo. se acercó y tomó en sus pequeñas manos, leyendo el mensaje.

Mamá: Louis, dónde mierda estás?? no creas que no sabia que no regresaste a casa anoche.

-mierda -gruñó-. harry, lo siento pero debo irme. t-te devolveré la ropa cuando vuelva.

-está bien -asíntió-. ¿te veré después?

-claro.

-hasta luego, lou.