𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬, eddie munson

opposites attract

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créditos:spiderl0rd

Observaste con ojos tristes cómo Eddie salía enfadado por las puertas de la cafetería. momentos antes, había empezado a despotricar sobre su desprecio por Jason y el resto de los cabezones del baloncesto cuando el propio chico de oro se encargó de volcar su bandeja de espaguetis directamente sobre la cabeza de Eddie.

Frunces el ceño, sacudiendo la cabeza y volviendo a prestar atención a la rubia. "¿En serio, Jason? ¿Era realmente necesario?"

Jason se limitó a reírse, sin ver cuál era el problema. "Vamos t/n, ya oíste cómo hablaba de nosotros. se lo merecía".

pones los ojos en blanco, levantándote de tu asiento junto a él y recogiendo tus pertenencias. "Eres un capullo, lo sabes, ¿verdad?", le dices entre dientes antes de marcharte. "no seas así, t/n. ¿a dónde vas?" le oyes gritar tras de ti. harto de su comportamiento gilipollas, le ignoras, dándole la espalda antes de salir por las puertas en busca de Eddie.

a pesar de que te consideraban una de las chicas "populares" de Hawkins, descubriste que nunca te habían importado las estúpidas camarillas del instituto ni las jerarquías sociales inventadas. de todos modos, nada de esa mierda importaba en el mundo real. preferías dar a todo el mundo la misma oportunidad, sin importar la reputación.

encontraste a Eddie sentado en la vieja mesa de picnic en el bosque detrás de la escuela. su cara estaba arrugada de asco mientras intentaba limpiar la enorme mancha roja de su camiseta del club hellfire.

"Hola, Eddie", le dices en voz baja, dudando en acercarte a él. su cuerpo se tensa inmediatamente, deteniendo sus movimientos mientras gira lentamente la cabeza, los ojos marrones finalmente se encuentran con los tuyos. levantas las manos en señal de rendición, ofreciéndole una tímida sonrisa, "vengo en son de paz".

"¿También vienes a echarme la comida encima, cariño?", preguntó. te encontraste con una pausa al oír el apodo, confundida por la sensación de que el corazón te daba un vuelco. soltaste una carcajada sin humor, "no. he venido a ver si estás bien. siento lo de Jasón, a veces puede ser un auténtico gilipollas".

él soltó una sonora carcajada "eso es un eufemismo, pero estoy bien, de verdad. no es nada con lo que no haya lidiado antes. sólo estoy un poco molesto porque me manchó la camisa con la maldita salsa de espagueti, esta mancha nunca va a salir".

Finalmente te plantas en el asiento junto a él, extendiendo la mano para que te dé una servilleta, "¿puedo?" Duda un momento antes de poner un montón en tu mano, "date el gusto".

los dos os sentáis en un cómodo silencio durante un largo rato mientras trabajáis lentamente para quitar la mancha de su camisa. nunca habías estado tan cerca del moreno pero ahora que has tenido la oportunidad de mirarlo, de mirarlo de verdad, te has dado cuenta de lo jodidamente bonito que es.

"¿en serio me acabas de llamar bonito?"

te quedas helada "...¿qué?"

"Acabas de llamarme bonito", dice, con cara de suficiencia.

Mierda. No te habías dado cuenta de que habías dicho eso en voz alta. Sin saber qué hacer, optas por hacerte la tonta. "No sé de qué estás hablando, Munson".

"hm... vale". pasa otro largo silencio y cuando por fin vuelves a fijar la mirada en él, te encuentras con la sonrisa más bobalicona en su cara. sientes el calor subiendo a tu cara, las mariposas creciendo en tu vientre. "¿Por qué me sonríes así?"