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Hyunjin asintió levemente, no conocía mucho a Jisung, solo lo suficiente para saber que era tan poderoso como Bangchan, esperaba que pudiera hacer algo contra él.
— No quiero dejarte solo —dijo Hyunjin, porque no quería que sufriera, si mágicamente su tacto hacía que no sintiera el dolor de los humanos, creía que debía quedarse a su lado, como un deber, una clase de destino.
— No sería la primera vez que he pasado por esto, y no había nadie quien actuará como mi anestesia, y estoy aquí —Jeongin se encogió de hombros, sonriendo de forma simple pero que no dejaba de ser hermosa en sus facciones—. No va a pasarme nada, solo... Es feo sí, pero al menos me consuelo con la idea de que ellos no están sufriendo solos, que estoy con ellos, de alguna manera.
— ¿Por qué pasó? —preguntó Hyunjin, luego de un momento en silencio—. La primera vez, ¿Algún otro Dios escapó o algo?
Jeongin negó.
— Nunca, ningún Dios ha escapado de Bangchan, hasta ahora, todos le tenían miedo a lo desconocido del Mundo de Abajo entonces... Nunca nadie quiso arriesgarse, a desobedecerlo, a enfrentarlo... —se encogió de hombros—. Y la primera vez que pasó... Pues, fue la razón de mi expulsión, fue lo culpa, fue cuando me volví un Dios Indeseado.
>> Bangchan me creó para cuidar de los humanos, y para que esté más conectado a su Mundo, lo hizo a partir de una flor del Mundo de los Humanos.
— Igual que a mí —murmuró Hyunjin, Jeongin sonrió levemente.
— Quizás por eso estemos tan conectados —comentó—. Y bueno, mi labor no era como los otros Dioses, no como Felix o Seungmin que tenían que acomodar la luna, el sol y las estrellas, y armar la oscuridad y la luz... Los humanos son independientes por sí mismos, ellos hacen su vida, sus hogares, su familia, su alimento; yo solo... Muy cada tanto los ayudaba, si alguno estaba muy enfermo los curaba, o si les faltaba comida les conseguía, o si faltaba agua los ayudaba a conseguirla, e incluso, un par de veces había bajado a su tierra para educarlos, sobre su salud, sobre el agua, o sobre cómo cosechar, como conseguir alimento... Era lindo estar entre ellos porque me hacían sentir menos solo, como si perteneciera a ese lugar, como un hogar.
>> Los humanos son muy especiales, ellos tienen cosas que los Dioses no, ellos crean su familia con quiénes comparten sangre, y otra donde comparten sus mejores energías, les dicen amigos... Muchas veces se juntan entre ellos para ser felices, no por un interés u obligación.
>> Los Dioses no tenemos eso, nuestras vidas son solitarias y manejadas por el poder y las responsabilidades, los humanos no tienen nada de eso y por eso pueden estar juntos solo para ser felices.
— Solo fui una vez a su mundo, y los he visto ser felices entre ellos, de hecho, era muy bonito —Jeongin asintió, tenía un brillo de emoción en sus ojos, le encantaba hablar de sus humanos, y por primera vez encontraba a alguien que le interesaba—. Creo que tenemos cosas que aprender de ellos también.
— El mundo de ellos es hermoso, tiene tantas cosas tan diferentes, me encantaría volver allí... Hace mucho tiempo que no voy —Jeongin sonreía por los recuerdos—. Pero... Un día Bangchan estaba aburrido y empezó a crear cosas para hacer más "interesante" el mundo.
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La Tierra de los Dioses Muertos.《 Jeongjin/Hyunin 》ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜᶦᵒ́ⁿ
FantasyHyunjin, el Dios de lo Bello, huye de los dominios del Dios Creador, desatando su furia, en búsqueda de su libertad y felicidad, para vivir una vida sin presiones. Va hacia el Inframundo, la tierra de los dioses muertos, dónde conoce a Jeongin, Dios...