𝘿𝙧𝙞𝙣𝙠 - Rodrivan

I

Todo empezó con una fiesta en casa de aquél pequeño ojiverde. Había planeado una pequeña fiesta en su casa con sus amigos y se encontraba organizando las bebidas y los snacks para la celebración.

Había terminado de colocar todo cuando el timbre sonó yendo a abrir la puerta dejando paso a los invitados.

Entre ellos se encontraba Ivan Buhajeruk, su mejor amigo y también la persona que le causaba miles de sensaciones solo con mirarle con esos ojos oscuros.

Saludó a todos y se detuvo en Ivan solo para darle un pequeño abrazo.

A Ivan no le gustaban mucho los abrazos, de hecho no le gustaba nada el contacto físico, pero con Rodrigo se sentía distinto, cada vez que lo abrazaba sentía una agradable calidez que le gustaba y le asustaba a la vez.

- Hey, que pasa wacho- saludó el menor.

- Nah, todo tranqui, tu que tal?

- Bien, vamos a servirnos algo de beber.

Ambos se acercaron a la cocina encontrándose con su amigo Tomás preparándose un trago.

El resto de la noche pasó tranquila, bebiendo y haciendo cosas estúpidas hasta que la mayoría de personas se fue quedando Rodrigo con aquel pelinegro.

- No te veo muy bien como para volver a casa, te quedas a dormir?- preguntó el mas bajo.

- Dale, pero no te me acerques mucho que te conozco.

Ambos rieron dirigiéndose hacia el cuarto de Rodrigo. Sinceramente, esta no era la primera vez que Ivan se quedaba a dormir en su casa, ya que tenían bastante confianza y varias veces acabaron borrachos en alguna fiesta y la casa de Rodrigo era la más cercana al club donde solían ir.

Al llegar, Rodrigo fue al baño a cambiarse para ponerse su pijama e Ivan solo se quitó la parte de arriba, tirándose a la cama a mirar el celular.

Cuando el menor salió del baño, se encontró con la maravillosa vista del pelinegro sin camiseta y tirado en su cama sin prestarle atención a nada.

- Vas a dejar de comerme con la mirada y venir a acostarte o te vas a quedar toda la noche de pie? -dijo el contrario fijando su mirada en el y levantando una ceja.

- Bueno, hay que admirar lo que es lindo.

Normalmente, Ivan solo respondía a sus bromas con un: "sos re gay" o "deja de ser tan pelotudo", sin embargo, esta vez fue diferente ya que no supo que responder y solo se sonrojó apartando la mirada.

Rodrigo necesitaba aprovechar esta oportunidad para poner más nervioso al pelinegro.

- Que pasa, te pongo nervioso?- se acercó más a la cama sonriendo de lado.

- Que decís, callate- le golpeó el brazo algo molesto.

El otro le hizo caso y se acostó a su lado, metiéndose bajo las sábanas para buscar algo de calor.

- Pinta ver una película?- dijo el mayor colocando su teléfono en la mesita de noche.

- Dale, cual querés ver?

- Mhh, no se, alguna de miedo.

El otro le miró abriendo mucho sus ojos.

- Dale Ro, no me digas que te da miedo.

Si ya estaba nervioso por el hecho de estar al lado de Ivan, que le llamase por su apodo le producía aun más nerviosismo.

El menor solo giró su cabeza, frunciendo levemente el ceño y, acto seguido, haciendo una pequeña mueca parecida a un puchero.

El mayor solo podía preguntarse como podía ser tan tierno y no pudo evitar mirar sus labios, los cuales se encontraban de un tono rojizo por el alcohol que habían estado bebiendo.

Al regresar su mirada a esos ojos verdes color esmeralda, se encontró con la cara de su amigo a centímetros de la suya, de modo que sus narices estaban casi rozándose.

No sabía si era por el alcohol consumido o porque realmente quería hacerlo pero sin pensarlo mucho se abalanzó hacia el castaño uniendo sus labios.

Rodrigo se dedico a mover sus labios siguiéndole el ritmo, aun sorprendido por la acción del pelinegro.

Era un beso torpe ya que ambos no estaban en todos sus sentidos pero aún así ambos lo disfrutaron.

Al separarse, el mayor se quedó bloqueado sin saber que decir, la había cagado.

- Yo... Lo siento de verdad, no se porque lo hice... Ehh...

- Esta bien, tranquilo- le tranquilizó el ojiverde, sonrojándose levemente - no te preocupes.

- Creo que deberíamos dormir, se nota que el alcohol nos está afectando- dijo intentando esquivar el tema, cosa que consiguió ya que el otro simplemente asintió y ambos se recostaron.

El mayor sentía que ya había cometido muchos errores esa noche pero se permitió posar un brazo sobre la cintura del menor para atraerlo a su cuerpo.

El otro no se negó y simplemente escondió su cabeza en el pecho de Ivan, sintiendo un beso en su cabeza y una mano haciéndole caricias en el pelo.