Día 4.

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Ultrasonido.

Por fin, de las revisiones que tenía el chico, en ninguna lo habían acompañado aquel par de locos. Por petición del propio chico, Sonic había insistido en que eran muy poco tranquilos, y su forma de tratarse le alteraba los nervios. Muchísimo.
Así que les dijo, que si podían comportarse una semana antes de su próximo ultrasonido, podrían ir, ya que esta vez se revelaría más detalles sobre la criatura. Y como pudo esperar, lo hicieron.
Iban en el auto los tres en esta ocasión, Rosse le había dicho que podía ir con él de nuevo, pero ellos se habían comprometido y ahora debían comportarse, y lo hicieron bien.
Pero no lo suficiente, en el auto iban discutiendo sobre la dirección de la clínica, lo que hace sentir en Sonic muchas molestias en el vientre, en un notable más abultado vientre, eso lo calma parcialmente, el saber que va creciendo. Eso es bueno.
—¡Te he dicho, que es la siguiente maldita cuadra!
—¡Carajo, no! Rosse dijo, pasando el primer callejón, derecho, y después izquierda, a lado de una florería.
—¡Qué no! Ella dijo que estaba a lado de una pastelería.
—Mierda, Knuckles, no. Deja de ser un imbécil.
—El imbécil es otro al no querer aceptar que debe ir por este maldito lado.
Expresaban. Señalando, uno jalando el volante y otro quitando aquellas manos de su auto.
—¡Ya basta, Shadow, Knuckles!
Grito desde el asiento trasero el pequeño.
—Gira aquí a la derecha Shadow. Y después continúa hasta ver una pequeña librería. Estará a la vuelta la clínica.

Unos minutos de silencio, el azabache sigue la orden. Dejando un poco incómodos a los 3, o al menos así debía ser.
—Te lo dije —susurró Knuckles, mirando por la ventana, hasta que el auto se detuvo, y dentro, ambos peleaban. Sonic no quiso participar en eso así que solo se bajo, la clínica estaba delante suyo, fue al mostrador, le dijo a la chica qué estaba en la cita de las cuatro y ella con una sonrisa le dijo que sería el siguiente en pasar, se fue a sentar, jugueteando con sus dedos con impaciencia.
Y así siguió por un par de minutos, hasta escuchar que uno de los padres se quejaba por algo sobre una pelea en la calle.

Con ira, se puso de pie, salió, bajo como pudo la pequeña rampa, y propinó lo correcto a los dos que no paraban de jugar como niños. Llevándolos a rastras dentro, tomados por la oreja por parte de Sonic, sentándose en medio de ambos.
—Por tu maldita culpa...
—Oye, no me quieras meter en tu circo, idiota.
—¡Te haré tragarte esa palabra, Shadow!
Sonic, de nuevo propinó otro golpe.
—Ya basta —expresó—, ¡comportense, carajo! Les dije que si sucedía esto no los iba a volver a traer. Ahora o cierran la boca o se largan. ¡¿Quedó claro?!
Ambos asintieron, quizás porque no querían que él se lastimara o porque realmente se sentian mal por armar tal espectáculo.

Por fin, estaban tranquilos, aunque las familias —futuras en realidad—, se les quedaban mirando, pero a ellos no les importaba, esperaron, y esperaron. La asistente del médico salió, y llamó al erizo, los dos muchachos se levantaron primero y buscaron ayudar al chico, pero ambos pelearon por recibir esa atención.
Sonic los rechazo, no quería que se le ayudará si pensaban ponerse a discutir, fue como pudo al consultorio con esos dos detrás, acusándose.

—Sonic, bienvenido de nuevo —expresó el médico, feliz de volver a ver al erizo. Él respondió con la misma emoción al médico y tomó lugar en la cama, a donde fueron a parar los dos mastodontes, queriendo tomar importancia en eso.
—Oh, ha..., mucho gusto caballeros. Supongo qué también son amigos del joven.
—No.
—Él sí, yo soy su pareja.
Expresó Knuckles. Y Shadow también se puso en el mismo papel, insistiendo que era pareja del erizo.
Sonic, rodó los ojos y se enfoco en el médico.
—Ignorelos.
El doctor sonríe de nervios.
—¿Sales con ambos?
—Uh-hum, me gustaría decir que no.
Se burló Sonic, y el doctor sonrió, dejando que los dos discutieran pero se mantuvieran a raya.

El procedimiento iba con tiempo, tanto Knuckles como Shadow estaban atentos al joven erizo y a lo que se señalaba en la pantalla. Él explicó qué el bebé se veía bien, mostró todo lo que se lograba ver apenas en en ese pequeño ultrasonido.
Les mostró la cabeza, las manos del pequeño y también la forma pequeña pero aceptable que traía.
Sonic, tomaba la mano de Shadow y de Knuckles, estaba emocionado, cuando se movió, se puso eufórico, mirando a los dos chicos que estaban igual.
—Bien, joven Sonic, todo está bien, sacaré unas impresiones para ustedes y... eso será todo.
—Claro, gracias...
—Ahm..., doctor, ¿qué es eso otro?
Señaló Shadow, otra pequeña mancha en el ultrasonido se hace visible, y el doctor se dedico a verla, buscando el ángulo adecuado hasta dar con ella.
—Oh..., wow..., Ja, esto es..., bien, hay buenas noticias familia.
—¿N-No es nada? —preguntó Sonic, apretando con fuerza la mano de Knuckles.
El doctor negó, y se giro a verlos.
—Al parecer, el primer bebé cubría a su hermano.
—¡¿Qué?!
Expresó Sonic.
—¿Hermano? Eso..., ¿son dos?
Contestó Knuckles y el doctor asintió con una sonrisa.
—Felicidades, serán dos.
—Pero..., ¿pueden ser del mismo?
Pregunto Shadow, la duda era por los libros. De las muchas cosas que leía.
—Puede. Pero si ustedes dos estuvieron con él, hay una posibilidad de que sea una superfecundacion. Es raro, pero no imposible.

Aclaro, explico que se daba en pequeños casos, pero eran posibles. Lo que dejó con menos dudas a los dos mayores  pero con una grande al pequeño.
¿Ahora qué haría con dos?

30 Day's of MPREG.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora