Días 14-17.

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Romper fuente//Trabajo de parto//Parto//Cordón umbilical.

De todos, el pequeño erizo era quien más estaba asustado, las piernas empiezan a temblarle acompañando su preocupación por aquello.
—Chi-Chicos...
Jadeo Sonic, socorrido por ambos para evitar que se lastimara.
—Y-Yo...
—Mierda... ¿tienes las contracciones?
—Eso... —Se quejó—, eso creo... due-duele —gimió, apretando los dientes con mucho pesar.
—Shadow, debemos ir al hospital, Sonic entrará en trabajo de parto.
—¡¿Qué?! —expresó el azul, haciendo que ambos lo dejasen en el suelo para sentirse mejor, sujetando su vientre mientras de formas inconscientes trataba de pujar.
—Sonic, ¿puedes aguantar un poco?
Pregunto Shadow, inclinándose para tratar de observar mejor, pero Sonic solo jadea y respira como había aprendido hacer. Dolía muchísimo, así que soportarlo no sería un bien plan. Poco espero, antes de sacar la esmeralda y empezar a querer cambiar el lugar.

—No —expresó Knuckles deteniendo su mano para que evitará usar el poder de la gema—, no puedes hacer eso con Sonic estando apunto de dar a luz.
—¿Y qué quieres que haga? No llegaremos al puto hospital en el auto.
—Chi-Chicos —gimió—, ya viene..., ya vienen...
—¡Knuckles!
—Llama a una ambulancia, tatdaran en llegar. Pero nosotros debemos de ayudarlo aquí. Trae un cuchillo, subiré a Sonic a la bañera, prepara toallas y trae las mantas. Será algo movido.
El equidna, tomó al pequeño erizo en brazos, subiendo las escaleras mientras Shadow tomaba todo lo que le había pedido, arriba, en el baño, Knuckles abrió el grifo del agua caliente y la dio para poder tenerla justo en una temperatura que no lastimara a los pequeños o al erizo.
—Bien... bien... déjame, te pondré dentro —hablaba, mientras colocaba al chico, dejando que se empapara la ropa que llevaba.
—Lo siento, Sonic... —Se disculpó, y antes de que el joven dijese algo, Knuckles ya había tomado la parte del resorte de aquel pantalón y lo destrozo sin problema, dejando su playera roja. Sonic jadeaba y apretaba los dientes de vez en vez, cuando sentía un dolor punzante y horrible recorrer su cadera hasta subir por su espalda.
—Kn-Knuckles... ¡Arghaah!..., ¿qué... que...?
—Tranquilo. Alguna vez asistí parto de algunas personas. He visto como hacerlo en casa. Así que tranquilo.
Eso no lo relaja para nada, vuelve a quejarse cuando otro ataque de dolor va a sus piernas, mientras sus manos buscan socorrer a sus hijos sin saber cómo. Shadow volvió, trajo todo lo pedido incluso llamó, tenían treinta minutos antes de que realmente llegarán los paramedicos. Así que se pusieron manos a la obra.

—Shadow, entra con Sonic, sujeta sus manos.
—Entendido.
Obedeció sin refutar las órdenes, solo entro, sin importarle la ropa, colocándose detrás del joven erizo, ayudándolo con la postura para tratar de aliviar el dolor, mientras Sonic tomaba sus manos y las apretaba con fuerza.
—¡Duele..., Knuckles!
—Lo sé, lo sé... pero tienes que intentar aguantar un poco.
Pidió, y se retiro de sus manos aquellos pesados guantes, entrando igual en la enorme bañera, abriendo las piernas del pequeño.
—Muy bien, Sonic, necesito que respires y empujes con fuerza cuando yo te lo pida, ¿okey?
Asintió rápido, y una mueca de dolor volvió, apretando la mano, gritando por el dolor que causaba entorpeciendo su respirar.
—Bien, ahora intenta pujar..., vamos.
Sonic lo intento, era su primera vez, no sabe que hacer exactamente. Niega con fuerza y se deja caer sobre el cuerpo del erizo antes de sentir otro ataque a su cuerpo.
—Vamos, Sonic, intenta de nuevo. Respira y haz esfuerzo, puja —trata de entender como, así que respira, lo sostiene mientas se dobla para tratar de empujar su vientre, apretando los dientes y las manos de su novio. Sudando.
—Vamos..., vamos... tú puedes..., una vez más.
Y de nuevo, volvió a empujar con la similitud de las contracciones para recibir ayuda, gritó. Pero de una manera desgarradora, forzando su límite hasta sentir que algo brotó.
—Eso es. Eso es. —Expresaba emocionado Knuckles —, lo estas haciendo bien, sigue pujando, ya casi sale, ya casi.
—¡Ghaaah! —grito, volviendo a dejarse caer—, ya no..., ya no..., ya no puedo. No puedo...
—Sí, sí puedes. Vamos, puja una última, ya casi termina de salir, vamos Sonic. Puja.
De nuevo, tomó aire, sintió la contracción y pujo con fuerza, apretó las manos y grito. Escuchando como Knuckles le decía que lo había conseguido, apenas nota cuando le cortan el cordón umbilical al primero, con sus debidos cuidado, colocado en la manta. Llorando. Llorando como demandaba un niño caprichoso.
—Lo hiciste bien..., ahora vamos por el otro, mí amor..., vamos... puja.
Sonic volvió a gritar  pero también negó que no podía hacerlo.
—No puedo. Ya no puedo... estoy cansado, ya no...
—Sonic, hey... —llamó Shadow, limpiando las lágrimas que bajaban por sus mejillas apompadas—, puedes hacerlo. Nosotros estamos contigo y no te vamos a dejar. Intenta pujar de nuevo, tú puedes.

Las esperanzas de amos le hacen sentir de cierto modo con más fuerza, aceptando hacerlo, vuelve a tomar aire, y en el momento en que la contracción atacó su vientre volvió a empujar, esforzando al pequeño a salir.
Una..., dos..., tres.
Aquel pequeño por fin se había dignado abandonar su vientre, Knuckles expresó con gran euforia que ya estaba, que estaba fuera su hijo.
Ambos ayudaron al joven erizo, lo estuvieron ayudando, hasta que los paramedicos acudieron  para dar lugar a su siguiente paso familiar.

30 Day's of MPREG.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora