30 Day's of MPREG.

Día 2.

Náuseas.

Después de que Sonic les diera la noticia de manera formal a los dos, se habían dedicado a tenerle cuidado, aunque claro, el chico no se mantenía quieto y eso era un problema en algunas ocasiones, —casi siempre— buscaba salir de la casa, o ir a comer aquel fascinante aperitivo que Shadow le había prohibido.
Y no fue hasta que la mañana del inicio de festividades de Halloween, que empezó bien, con aquellos pequeños —a veces— malestares matutinos.
Sonic corría al baño de nuevo, apenas se había atrevido a tocar el desayuno que le hicieron ambos chicos; en el baño, estaba vomitando por tercera vez, y ambos estaban dentro ayudando: Knuckles, le daba remedios un tanto más libres de químicos, y se iba por el lado más natural —cuando no insistía en usar el poder de la esmeralda para ayudarlo—. Shadow, él se iba más por los placeres de los científicos. Le invitaba a tomar medicamentos recomendados por obstetras, pediatras, doctores calificados y claro, consiguió que G.U.N le brindará la mejor atención médica al cobalto —en caso de necesitarla—.
Así eran, ambos daban un punto de vista diferente, y lo único problemático, era tener que meter a Sonic en medio para decidir qué hacer. Eso lo agobiaba, se ponía peor.
—Vamos, te llevaré a la cama, te voy a preparar un té.
—¿Té? Idiota, necesita ver a la doctora. Debemos ir.
—Podrían..., podrían... —vuelve a vomitar—, podrían dejar de pelear, ya...
Pidió a rastras en palabras el joven, que volvía en aquella taza de baño, sujetando su abdomen con fuerza por el malestar.
—Debe descansar.
—Necesita ir con el médico.
—¡Basta! —exigió —, quiero qué le llamen a Rosse y a Rouge...
—¿Qué? Sonic no...
—¡Ahora, o me las voy a cobrar con ustedes, par de idiotas!

Sonic quedó en cama después de eso, y ambas chicas no tardaron mucho en llegar, ríen al ver a los dos varones inconformes con su llegada, ambos saben que ellas son más exigentes para este tipo de cosas.
Ambas se presentan, y van con Sonic a la habitación, donde ambas consuelan y buscan ayudarlo, Ame's le da mimos, incluso llevo algo de té para hacerlo relajar, Rouge preparo algo de comer, no muy cargado de grasas y tampoco lleno de cosas que pudieran caerle pesado.
Cosas, que Sonic agradecía.

Él, en la cama suelta un enorme suspiro, no pudiendo creer que estuviera sucediendo esto con ellos.
—¿De verdad se ponen a pelear?
—Hablo en serio, Ame's, son dos niños.
—Vamos, cariño —hablo Rouge, recargada en la cómoda—, ellos hacen su mejor esfuerzo para tenerte bien.
—Shadow no me deja salir si no va conmigo. Dice que haré alguna tontería. Idiota.
—Sólo te cuidan —se burló Rouge de solo imaginar al azabache andar detrás del pequeño.
Él, extrañamente se siente cómodo, con ellas dentro siente qué todo está bien en realidad.
—¿Sonic, qué es esto? —preguntó Ame's tomando un libro de la pila de ellos sobre el taburete.
—Oh, eso..., —se quejó y acomodó—, Shadow compro varios libros y ha estado investigando por su cuenta sobre como funciona esto del embarazo. Y es agotador.
—¿Agotador? —volvió a repetir ella, mirando la tapa del libro <<maternidad para principiantes>>.
—Creo que hace su mejor esfuerzo, Sonic.
—Ojalá, Ame's, pero desde que ha leído esas cosas, no deja preguntar sobre mí.
—Ohw, eso es tierno.
—Ajá... —Contestó no muy cómodo con eso.
Y Rouge, miró el otro lado de la cama, perteneciente a Knuckles, donde había una foto de ellos tres en el parque, y habían un montón de frascos con etiquetas.
—Son de Knuckles. Dice que cada uno me ayudara para sentirme bien...
—¿Y sirven?
—Ajá. Me ayudan mucho a dormir.
—Vaya, así que esos dos tortolitos te tienen bien cuidado. Mierda, es jodidamente lindo.
—¡Rouge! —regañó Ame's—, no digas eso en voz alta. El bebé puede oírlo.
Supersticiones. Pero ambas creían eso, Sonic no tanto. Aún así, sé aseguraba que nadie dijera tantas malas palabras cerca suyo.

—¿Ya te sientes mejor, cariño?
—Mejor —soltó con un bufido—, deberían enseñarles a ellos dos.
Se burló, y ellas ríen. Apenas empezaba su embarazo y ya tenía problemas con sus parejas.