Una historia con Patrick Bateman. Donde dos personas muy similares logran mostrarse mutuamente lo que es NO ser individual. Compartir buenos y malos momentos para generar un lazo que, por primera vez experimentan.
Con altos y bajos, pero definitiva...
Vivo en el edificio jardines americanos, piso 11, en la calle 81 Oeste, me llamo Patrick Bateman. Tengo 27 años.
Creo que uno debe velar por uno mismo, llevar una dieta balanceada y una rutina rigurosa de ejercicio.
Por la mañana, si tengo la cara hinchada, me pongo una bolsa de hielos mientras hago abdominales. Ya puedo hacer mil abdominales.
Al quitarme la bolsa de hielo, me aplico una loción de limpieza profunda de poros, me baño con un limpiador de gel de activación por agua, tallo mí cuerpo con miel y almendras. Mí rostro lo tallo con un gel exfoliador. Luego me aplicó una máscara facial de menta, la dejo reposar por 10 minutos mientras me preparo para el resto de mí rutina.
Siempre uso loción después de afeitar, con muy poco o nada de alcohol, pues el alcohol te deshidrata la cara y te avejenta. Luego crema hidratante, bálsamo antiedad para ojos, seguido por una loción final de protección hidratante.
Existe la concepción de un Patrick Bateman, una especie de idea en general, pero yo simplemente no estoy ahí, soy un ente, algo ficticio. Y aún que pueda ocultar mí mirada fría...y puedan estrechar mí mano y sentir mí piel... incluso quizás puedan percibir que nuestros estilos de vida son similares, yo, simplemente no estoy ahí.
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Madison Montgomery
Vivo en el edificio jardines americanos, piso 11, en la calle 81 Oeste, me llamo Madison Montgomery y tengo 24 años.
Pienso que el ser humano es repugnante, desde que tengo 13 años me odio a mí misma por el simple hecho de ser parte de esta mierda de sociedad y odio a todo aquel que piense que podría llegar a ser alguien bueno.
Mí rutina diaria comienza a las 4:30 a.m, voy hasta el espejo de mí baño y me observo durante 10 minutos, busco una imperfección y a lo largo del día trato de borrarla completamente de mí.
Tomo una taza de café y comienzo con mí rutina de ejercicios diarios de una hora, mientras escucho música en mí walkman.
Me coloco una mascarilla exfoliante de cuerpo completo, después de 5 minutos entro a la ducha y comienzo a retirar la respectiva mascarilla, uso una crema hidratante que también funciona como espuma. Depilo todo mí cuerpo, dejandome completamente lampiña por la excepción de mí cabello, cejas y mis pestañas.
Al salir de la ducha me visto con una bata de algodón, situo un tónico facial en mí piel, luego un sérum hidratante antiarrugas, seguido bloqueador solar y finalmente me maquillo. Nunca es mucho o excesivo, normalmente es encrespar mis pestañas, ponerles rimel, un poco de rubor, iluminador en siertas zonas y como finalista, un labial mate acompañado de un brillo labial, así lucen hidratados.
Pienso que la gente no puede llegar a ser empática, no de verdad, todos siempre tendrán un fin que solo a ellos los beneficia, eso me hace sentir bien en parte ya que, tal vez; soy miérda pero, al menos lo acepto.
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