la divina revelación 07

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Madison Montgomery

Al fin, luego de dos semanas esperando por este momento. Estaba en mi máximo apogeo. Mis músculos estaban tiritando, igual o incluso mejor que la sensación de un orgasmo. Sentia mis venas trasladando la sangre dentro de mi cuerpo. Adrenalina pura.

Habían pasado tan solo unos segundos, cuando un ruido interrumpió mi placer. No era un simple ruido, alguien más estaba conmigo y habia presenciado todo. Un sentimiento de miedo invadió mi cuerpo. A pesar de esto, me levanté decidida a enfrentar a quien fuera.

-¿Que? ¿Hay alguien ahí?.- Me pare dejando a un lado a el cadáver y dije. -¿Quien está ahí? Te escuché gran hijo de perra. Sal de ahí. ¿Quien eres?-

Escuche pasos, él bastardo o bastarda estaba escapando. Pero yo estaba en la sala de estar, a un lado de la puerta, así que él o ella no tendría por donde huir. Premio doble, para mí. Escuché como entraba a una habitación y cerraba la puerta. Yo seguí el ruido para llegar a la puerta del cuarto de limpieza. Por suerte esa habitación no tenía pestillo, lo único que impedía que yo entrará ahí era el peso de una silla que de seguro el intruso habia puesto como tranca.

Patrick Bateman

Estaba desesperado. Mi vecina podria entrar y cortarme el cuello. Mi final era el mismo que el de el cadáver en la sala de estar. Aun que esto suene morboso (porque lo es), estaba excitado. Es normal para mí excitarme con lo que seria el sufrimiento ajeno. Lo raro aquí es que esto solo pasa cuando yo soy el victimario. Ni si quiera cintas porno masoquistas habían logrado esto. Estaba prendido por ver a mi vecina siendo culpable de la muerte de un extraño.

Ya era momento de aceptarlo, estoy a punto de ser brutalmente asesinado. No morire mintiéndome a mí mismo... creo que Madison logro cautivarme. Genuinamente ella se me hacía interesante, lo cual es raro porque es una mujer. Incluso pienso que solo tal vez, con un poco más de tiempo pude haber sentido una verdadera conexión amorosa hacia ella. Lo que siempre quise; un signo de humanidad en mí.

Como soy un bastardo pervertido, no pensaba desaprovechar mis posibles últimos minutos de vida dentro de una habitación juntó a las panties usadas de la mujer que me excitaba. Busqué los que más bonitos se me hacían y los lleve hacia mí nariz. Los olí como si tuvieran una puta droga y rápidamente los guarde en un bolsillo interior de mi saco cuando escuché la puerta abrirse.

 Los olí como si tuvieran una puta droga y rápidamente los guarde en un bolsillo interior de mi saco cuando escuché la puerta abrirse

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Madison Montgomery

Mi vecino raro (pero jodidamente atractivo) estaba parado en el puto cuarto de limpieza. Mientras analizaba la situación comencé a oír su voz.

-Madison, no me toques antes de que te pueda dar explicaciones.

-Qué mierda haces en mi casa.

FEELINGS//Patrick BatemanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora