Ambos sabemos 10

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Patrick Bateman

No sabía cómo se llamaba ella. Apenas entró trató de presentarse y la frene. Esta noche su nombre sería Madison y eso era lo único que importaba. Yo, en cambio, no me presenté con un nombre distinto, como suelo hacerlo. Más bien me presenté como el hombre que soy, Patrick Bateman.

Estaba en la cocina preparando algunos tragos. Mi panorama era el normal. Una conversación narcisista sobre mí, mi vida. Luego sexo violento para que después de mi orgasmo ella estuviera desangrándose en mi habitación.

La noche comenzó mal apenas la mujerzuela que estaba sentada en mi sala de estar comenzó a hablar. Cada palabra que salía de su boca era o una estupidez o una opinión errónea y sin base. Mi paciencia se estaba colmando.

Habíamos estado hablando 40 minutos,  ya quedaba poco para la acción. Yo estaba hablando sobre mi trabajo durante esos últimos 10 minutos.

-Y así es como renovamos los precios, te digo esto por algo muy especial.

-¿Soy especial? Jajajaja...

-Sí Madison, sí que lo eres...

-¿Sabes algo?

-¿Mh?-hice un gesto con mi cara, dando a entender que le estaba dando la palabra.

-Yo si soy especial... Porque soy tuya, soy tu putita esta noche, y cuando quieras.

-¿Qué?-dije, completamente serio. ¿Que mierda acababa de decir? ¿Quién mierda se creía esta mujer?. ¿Mujer? Debería decir escoria. ¿Cómo puede ser que ella esté representando a Madison. Dios, esto debía parar. ¿Imaginar que una prostituta es la chica que me vuelve loco? Patético.

-Lo que escuchaste, cariño. Soy toda tuya, tu zorra.

-Callate.

-Haré lo que quieras.-La mujer comenzó a insinuarse porque estaba totalmente impaciente. La perra solo quería sexo, como la prostituta que es.

-CALATE.- dije bruscamente y levemente fuerte. Enseguida ella reaccionó con un movimiento alejándose. Pero estaba tan ebria que no pudo hacer mucho. En cuestión de segundos la estaba asfixiando. Viendo su cara mientras perdía el oxígeno y se desesperaba por ello.

Me pare y me desmonte de el ahora cadáver. Tome un sorbo de mi vaso. Este momento de privacidad fue interrumpido por pasos en el exterior de mi departamento. Me llamo la atención, ya que casi todos los apartamentos están vacíos en este piso o la gente que vive en ellos se la pasa fuera del edificio.

Como pude predecir, los pasos eran de Madison, pero para mí sorpresa no eran solo de ella. Venia acompañada.
Escuche risas y la voz de un hombre. ¿Qué carajos?

 ¿Qué carajos?

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⏰ Última actualización: Aug 18, 2023 ⏰

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