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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐄𝐍

Joseph dejó a Charlotte en su casa casi a las cinco de la mañana, por lo que la británica apenas entró, se dirigió a su habitación para ponerse su pijama y caer rendida ante los brazos de Morfeo

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Joseph dejó a Charlotte en su casa casi a las cinco de la mañana, por lo que la británica apenas entró, se dirigió a su habitación para ponerse su pijama y caer rendida ante los brazos de Morfeo. A la mañana siguiente, la alarma de la chica sonó exactamente a la mueve pero ella al estar tan cansada, ni siquiera pareció notarlo, despertando recién a la una de la tarde.

Se levantó, frotando sus ojos mientras se dirigía hacia el baño, donde puso el tapón en la bañera y abrió el agua caliente dejando que está se llenara. Salió nuevamente para buscar ropa en el closet, decidiéndose por algo simple como lo eran: Unos mom jeans. Un crop top blanco que le quedaba sobre el obligó y no tenía mangas, quedando un escote estilo princesa. Y para finalizar unos botines del mismo color.

Regresó al baño y al darse cuenta que aún le faltaba agua a la bañera, optó por lavar sus dientes. Justo cuando había comenzado, su celular que estaba sobre la cama empezó a sonar. La británica soltó un pequeño quejido antes de dirigirse hasta el y atenderlo.

— ¡Buenas tardes, Patrick! — Saluda con algo de dificúltate al tener el cepillo de dientes en la boca.

— ¡Char! Me alegra finamente comunicarme contigo. — Inicia Patrick que soltó un suspiro de relajación. — Bueno, llamaba por lo de Charlie. Hablé con su manager y Charlie viajará a verte probablemente mañana.

Charlotte sacó el cepillo de dientes para así exclamar con claridad. — ¿¡Qué!?

— Eso. Entré ustedes verán sí llegan a un acuerdo con l colaboración. — Patrick intenta soñar convincente. — Aunque si te soy honesto. Sí él no quiere llegar a algún tipo de acuerdo, el que saldría perdiendo sería él.

Charlotte lo pensó unos segundos y suspiro. — Bien. Pero si llega mañana necesito que me avisen. Tengo trabajo y no podremos vernos hasta la noche.

— ¡Perfecto! Te estoy avisando. Bonito día, Char.

Sin más, el manager cortó dejando a Charlotte con las palabras en la boca. Una pequeña mueca se avecinó en el rostro de esta, mientras cerraba la llave de la bañera. Al término de lavarse los dientes, se dispuso a darse un relajante baño.

Aunque lo relajante no duró ni siquiera diez minutos puesto a que el celular volvió a sonar. Charlotte estiro su mano hasta que finalmente lo tomó y sin ver de quién se trataba respondió asumiendo que era su manager.

— Bien, Patrick. Sabes que te adoro pero realmente esté tema me está superando. Si siguen insistiendo ni siquiera le abriré la puerta a Charlie ¿Entendido?

𝖽𝖺𝗇𝖽𝖾𝗅𝗂𝗈𝗇𝗌   |   𝗃𝗈𝗌𝖾𝗉𝗁 𝗊𝗎𝗂𝗇𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora