Eddie y Hannah se habían conocido gracias al Hellfire Club. Ambos eran unos amantes del D&D y del rock, lo cual era muy gracioso, ya que Hannah Hargrove era la reina de la escuela.
Eddie amaba eso de ella, Hannah era una chica muy sociable, y no le...
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Caminamos entre los árboles hasta visualizar el tráiler de Eddie. Corrimos hacia el lugar y entramos intentando hacer el menor ruido posible.
Steve encendió la luz y pudimos ver la soga improvisada que había hecho Dustin la primera vez que volvimos del Otro Lado.
Suspiré y ajusté la chaqueta de cuero en mi cuerpo. Mi estómago dolía gracias a los nervios.
—Cuidado. —Habló Dustin mirando a Steve, él sería el primero en cruzar.
Steve comenzó a escalar la soga hasta caer del otro lado. Nos observó con superioridad para que veamos que había caído parado.
—Wow, Steve, eres todo un ninja. —Murmuré sarcásticamente.
—¿Qué quiere, que aplaudamos? —Preguntó Robin. Nancy y yo rodamos los ojos.
—Muy bien. Vamos. —Habló Steve, había llevado el colchón de Eddie para que pudiéramos caer ahí.
Nancy fue la siguiente, elevé mis cejas al ver cómo se miraba con Steve.
—¿Estás viendo eso, Hannah? Nuestro polluelo crece. —Habló Robin. Reí y la empujé. —Bien, me toca.
Robin trepó por la soga y cayó del otro lado.
—Ve tú, Hannah. —Habló Dustin.
Mis manos comenzaron a sudar, tenía miedo de volver a entrar en un trance nuevamente.
Asentí y comencé a trepar. Gemí de dolor al sentir el brusco golpe de mi espalda contra el colchón.
Abrí mis ojos y suspiré al ver a Steve, Robin y Nancy mirarme enternecidos.
—Es como un pequeño cerdito. La amo. —Habló Steve haciendo que Nancy y Robin asintieran.
Me levanté con ayuda de Robin y a los pocos segundos pude ver las demás armas caer en el colchón.
El siguiente fue Eddie y por último Dustin, el cual fue levantado bruscamente por Eddie y Steve.
Salimos del tráiler de Eddie y un escalofrío recorrió mi espalda. Nancy, Robin y Steve iban adelante ya que ellos irían a la casa de Victor.
—Chicos, escuchen. —Miré a Steve. —Si el plan empieza a salir aunque sea un poco mal, abortan la misión, ¿sí? Distraigan a los murciélagos. Nosotros nos encargamos de Vecna. No se hagan los héroes ni nada. Solo son...
—La carnada. —Lo interrumpió Dustin. —Tranquilo. Tú puedes ser el héroe.
—Exacto. Además, míranos. —Eddie nos dió un vistazo a Dustin y a mí. —No somos héroes.
Steve asintió con una pequeña sonrisa y se acercó a Nancy y Robin. Mi labio inferior tembló y mis manos comenzaron a picar.
—Steve, espera. —Corrí hacia él y lo abracé fuertemente. Hundí mi rostro en su hombro y suspiré. —Ten cuidado. Te quiero.
