Capítulo 3

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No puedo creer lo que acaba de pasar, ese estúpido, hijo de la madre que lo parió, ¿Cómo se atreve? ¿Cómo es posible? No comprendo ¿cómo me he dejado llevar?, necesito una explicación, necesito evaluarme a mí misma, ¿Por qué rayos no lo detuve? Esa es la pregunta. ¿Por qué en ese momento llegó a gustarme? ¿Él?, el idiota que intenta superarme a mí, que he sido la mejor por tanto tiempo.

Toc. Toc.

-¡Pero, ¿Quién es?!-responde de una manera entrecortada a causa del enojo.

-Geisha, perdón por interrumpirte, pero sorpresivamente tienes una llamada-dice Summer abriendo la puerta.

­-¿Estás segura? lo más probable es que sea un número equivocado, nadie me llama ­-dice poco interesada.

-Bueno, simplemente toma el teléfono y deja tu tono arrogante conmigo.

Poniendo los ojos en blanco, toma el teléfono y se tira a la cama colocándose en la misma posición, como si fuera a escribir en su diario.

-Buenas -dice con un tono desinteresado.

-¿Tú nunca puedes estar de buen humor? -dice el extraño con voz grave y seductora, parecida a la de Cesar Évora.

-¿Disculpe? ¿Quién es usted? Y ¿Por qué se atreve a llamar a mi casa?

-Te atreves a decir que no me conoces cuando has sentido todo el calor que puede irradiar mi cuerpo.

Geisha cuelga el teléfono, quedando totalmente anonadada, poco a poco va perdiendo el color en el rostro y de repente se pone roja como un tomate. No sabe si es por recordar lo sucedido o simplemente por enojo; sintiendo una gran impotencia estrella el teléfono en la cama y en ese mismo instante vuelve a sonar.

Ella, al principio duda al tomar el teléfono, pero luego piensa que podría ser otra persona, aunque no está totalmente convencida de esto.

-supongo que tu rostro ahora mismo debe de estar un poco rojo, debes de estar también un poco excitada, y recordando cada pequeño detalle de lo que ocurrió.

Mirando el teléfono incrédulamente cuelga y se da cuenta que sí estaba un poco excitada. Se tira en la cama, se arropa de pies a cabeza tratando de ocultar su vergüenza.

Dos horas después sube Summer a su habitación, toca y toca pero nadie le responde, al abrir la puerta un poco preocupada se da cuenta de que Geisha está profundamente dormida, así que decide dejarla tranquila. Baja las escaleras para dirigirse a la cocina, donde se encontraba Eduardo cocinando una rica cena para los invitados de esa noche y le dice:

-Geisha está totalmente dormida, es mejor que no la despertemos, acuérdate que por primera vez se está esforzando muchísimo en sus estudios y eso es muy raro, ya que siempre le ha ido muy bien-le dice con la mirada fija en un punto específico.

-Sí, debemos dejarla descansar, acuérdate que cuando le pique el hambre ella solita bajará a comer.

A las siete de la noche suena el timbre de la puerta, Eduardo dejando lo que estaba haciendo en el comedor se dirige a abrirla y saluda:

-¡Cuánto tiempo sin verte! Me alegra que estés aquí-dice emocionado y sonriente.

­-Sí, me alegra encontrarte aquí, después de todo fue muy difícil poder adaptarnos a este lugar y es grato encontrar una persona conocida y más si es de confianza.

-¿Estos son tus hijos? ¡Cuánto han crecido!-dice saludando a cada uno de los hijos de Monique, una vieja amiga de la universidad que se había mudado recientemente a la cuidad.

­-Un placer señor, mi nombre es Itzel, no me acuerdo mucho de usted, pero mi madre se ha encargado de dejarme bien claro quién es usted y su familia-dice la hija de Monique muy sonriente- y estos son mis hermanos.

Ahogada por mi pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora