Capítulo 5

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No entiendo porque la vida se empeña en hacerme daño y cada vez que pienso que todo va a estar bien, todo empeora, pero eso me pasa por bajar la guardia. ¿Qué se creen ellas?, ¿qué pretenden?, que de alguna manera yo podría parecerme a ellas, pues no, somos totalmente diferentes, ¿cuándo entenderán que jamás me podre parecer a ellas? Odio cuando creen que pueden hacer con las otras personas, lo que se le parezca.

Mi libro es algo sagrado para mí, como se atreven a hacerme eso, no saben todo lo que me costó conseguir que Eduardo me lo comprara, pero eso no se queda ahí, ni que lo piensen, si tengo que llegar hasta las últimas consecuencias, lo haré.

¿Qué se cree ese estúpido de Bratt?, queriéndose meter en mis asuntos, por su culpa es que estoy así, de esta manera, tan vulnerable, no entiendo, quisiera desaparecer del mapa.

Toc toc

¿Por qué no puede Summer dejarme tranquila?, le he dicho miles de veces que su papel de madre preocupada no le pega, no le funciona.

El enojo comenzó a apoderarse de Geisha y ella trató de desquitarse con la almohada, dándole golpes.

Toc toc

Nadie contesta y Bratt toca aún más fuerte.

-Summer, no has entendido que no tengo nada, quiero estar sola. -dice Geisha en tono muy grosero.

Bratt vuelve a tocar con más insistencia. Pero nadie abre, nadie responde. Cuando vuelve a intentar, se abre la puerta y se encuentran frente a frente dos miradas tan diferentes, Geisha con una mirada de enojo y Bratt con una mirada de compresión. Cuando Geisha se percató de que era Bratt el que se encontraba del otro lado de la puerta, sus ojos se llenaron de lágrimas e intentó cerrar la puerta, pero Bratt no se lo permitió y la abraso fuerte y ella no podía parar de llorar.

¿Por qué salen lágrimas de mis ojos?, ¿qué me pasa?, porque dejo que me abrace, ¿qué pasa conmigo?, Geisha acuérdate que por él es que te has vuelto débil, ¡reacciona!

Geisha trata de apartare de él. Bratt la suelta suavemente, se voltea y cierra la puerta. Geisha se sienta en la cama de un golpe y se queda mirándolo sin saber que le pasa.

-Aunque sé que no quieres que esté aquí, probablemente me odies, pero quiero que sepas, que aunque intentes sacarme, no me iré, me quedaré contigo, hasta que estés mejor. Puedes hacerte la fuerte con quien quieras pero conmigo no, te conozco más de lo que piensas, desde aquel momento en los vestidores.-las palabras salen de su boca sin que se dé cuenta

¡Que!, ¿de qué está hablando?, ¿qué le sucede?, ¡Geisha reacciona!, no puedes estar así por una simple pelea, y él no debe por ningún motivo verte así.

-No sé qué pretendes, pero yo no estoy mal, y quiero estar sola.-se levanta y abre la puerta, señalándole la salida.

-Te lo dije una vez y te lo vuelvo a repetir, no me iré, porque sé que aunque eres muy fuerte, esto te dio duro y hay algo en tu pasado que no quieres decirme.-lo dice, al mismo tiempo en el cual cierra la puerta.

-¡Que te vayas, te digo!, no me interesa verte, no quiero que estés en mi camino, ni un día más, no tenía que esforzarme hasta que llegaste tú, a complicarme la vida, espero que estés feliz,-no podía contener el enojo-no necesito a nadie a mi lado, solo quiero estar sola, por favor aléjate, ¡vete, no quiero verte!, no necesito a alguien que me acuerde lo que no puedo hacer... Bueno, estoy esperando, no creas que porque me viste llorando, tienes algún derecho a estar aquí.

Bratt al oírla hablar así, se sintió impotente, le dejó el libro en la mesa y salió. No se despidió de nadie en la casa simplemente se dirigió a la salida para emprender su viaje. En su mente había una pregunta que le estaba carcomiendo el cerebro, ¿qué le pasaba a la Geisha que él conocía? ¿Qué estaba pasando?

Ahogada por mi pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora