Capítulo 1

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Siempre es lo mismo, todo es rutina, no hay nada que me haga olvidar, nada en lo que puedo ocupar mi mente, nada que sea lo suficientemente bueno para mí; ni competencias, ni desafíos, ni los estudios. Mencionar a los amigos sería una pérdida de tiempo, ya que en realidad no tengo amigos, solo personas que se acercan por puro interés.

Veo a todo el mundo feliz en sus hogares, millares de amigos, muchos familiares, personas que creen tener la felicidad, personas que aspiran a siempre cumplir sus sueños, madres que velan por sus hijos, padres que llevan el pan cada día a sus niños, todo eso me da mucha risa, personas que no saben lo duro que es la vida, pero ¿yo qué sé? antes era como ellos, vivía sin medir mis consecuencias, no disfrutaba de lo que realmente importa, pero realmente no quiero volver al pasado, no quiero recordar lo que pasó, no quiero, no lo deseo, no quiero volver a sufrir, prefiero ser como ahora, una persona fría, sin corazón, sin sentimientos.

A veces no quiero dormir, no quiero mirar una cama, ya que mis pesadillas me recuerdan lo que fui, lo que pasó, y no quiero revivir esos momentos...

Toc, toc, toc.

-Geisha, abre la puerta, es tu primer día.

Volviendo al diario:

Ahí está la estúpida de Summer, voy a tener que cerrarte por un momento.

Comenzar de nuevo otro año escolar en esa molesta, estúpida... escuela. Sin esfuerzo, seré la mejor de nuevo, ¡qué aburrido!... Me pregunto: ¿A qué voy a la escuela? Nadie me puede ganar.

-¡Qué salgas te digo!-dice Summer del otro lado de la puerta un poco enojada.

-¡Ya te oí!, no tienes que exaltarte. Enseguida salgo-en tono arrogante.

-Te espero abajo entonces.

Geisha sale de su habitación y se dirige al comedor, en donde estaba Eduardo, que ni la miró y siguió leyendo el periódico.

-Cariño, estás hermosa-dice Summer con voz cantarina.

-No tienes que poner esa voz chillona-dice malhumorada-además es la misma ropa que me pongo todos los santos días. Gracias a Dios, ¡si es que existe!, que es mi último año-dice muy enojada y al mismo tiempo aliviada.

Con su mal humor emprendió su camino a la escuela. En realidad, ella no encontraba la belleza que Summer le veía, a unos jeans súper anchos, una camiseta roja deportiva, tenis rojos y el cabello alborotado tratado de ser recogido con una goma. Ese es su lema, junto con sus amados audífonos que le brindan la música que siempre la tranquiliza.

Suena la campana de la escuela.

El famoso Instituto Maquensy, donde ha pasado toda su vida, conoce a cada una de las personas que están ahí, aunque con el pasar del tiempo muchos se han ido y otros han llegado, al final siempre termina conociéndolos a todos, no es porque sea sociable, sino porque al final siempre es el mismo cliché, la buscan por interés.

Ella se encuentra a una cuadra de la escuela, todos los que se dirigen al instituto corren lo más rápido que pueden, sin embargo ella camina más lento L-E-N-T-O. Llega diez minutos después de tocar el himno, la directora, que se encuentra en la puerta principal, la llama y le pregunta que por qué llega tan tarde.

-Seamos sinceras, Señora Directora, el primer día, a primera hora, de todos los santos años, siempre hacen el mismo procedimiento...

-¿Cómo puedes decir eso? Además esto es una institución respetable, y usted, aunque sea una de las mejores de la institución...

Ahogada por mi pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora