Capítulo 8

14 1 0
                                    

Todos los días Bratt acompañaba a Geisha a su casa, le hacía muchas peguntas acerca de su pasado, pero cada vez que él tocaba el tema, ella lo evadía. Un viernes en la tarde iban de camino a la casa, cuando de repente, Geisha lo frena.

-Tengo ganas de hablar. - Lo dice mirándolo a los ojos.

-Está bien, hablamos cuando lleguemos a tu casa. -le dice entendiendo que por fin, le contestará todas sus peguntas.

Siguen caminando y llegan a la casa de Geisha. Van al comedor y se sientan, frente a frente.

-Sé que me has dicho, que necesitas saber de mi presente, pero que no puedes entender algunas cosas si no conoces mi pasado, hoy estoy dispuesta a hablar de mi pasado. -dice temblorosa. -Me ha costado mucho prepararme para hablar de esto, espero que me tengas paciencia y si te digo esto, es porque de alguna manera, no sé cómo, te has ganado mi confianza.-dice con una media sonrisa.

-Soy todo oídos y estoy dispuesto a escucharte, y te tendré mucha paciencia, porque te lo repito, eres la mujer que más quiero, después de mi madre claro-sonríe y le sostiene la mano.

-Mmm, bueno ¿por dónde podría empezar?...

-Por el principio no crees -dice juguetón.

-Ja, ja, buen payaso. Lo primero es que aunque todo parezca perfecto, no tuve una niñez muy normal que digamos. Mi verdadera madre-las lágrimas comienzan a brotar de sus hojas-murió en un accidente, yo estaba allí, fue mi culpa, no debí nacer, todo por protegerme...

Geisha se detiene porque el llanto se apodera de ella, todos los recuerdos vienen a su mente, casi no puede respirar. Bratt se preocupa mucho.

-Si te vas a poner así, mejor no me cuentes. -dice esto mientras la abrasa fuerte.

-Sí, quie...quiero decir...decírtelo, solo necesito un poco de paciencia-dice entrecortando las palabras.

Bratt la suelta y va a la cocina a buscarle un vaso de agua fresca, se la da y espera que se tranquilice. Mientras ella se tranquiliza, él la observa.

Geisha ha sufrido tanto callada, ¿por qué ha llevado toda esa presión para ella?, ¿Qué habrá pasado en ese accidente que la puso tan mal?, no me gusta verla así, pero sé, que si no saca todo lo que guarda, jamás me va a dar la oportunidad de estar cerca de su corazón, nunca podrá darse al 100% en ninguna relación. Hay veces que no la entiendo y ese pasado tal vez me pueda ayudar a comprenderla mejor -piensa Bratt

Geisha sonríe.

-Bueno trataré de contenerme, si me vuelvo a desplomar, no te preocupes, es solo por los recuerdos.

-¿Estás segura, que quiere continuar?-dice Bratt preocupado, mientras se sentaba al lado suyo.

-El 15 se septiembre del 2004, mientras Eduardo, mami y yo íbamos hacia mi consulta médica, todo pasó... El vehículo de Eduardo estaba acabado de salir del taller, por problemas con los frenos. A mí me encantaba ese vehículo-Las lágrimas vuelven a brotar de sus ojos-por eso le insistí a mami para que nos transportáramos en el vehículo de Eduardo en vez que en el de ella. Por complacerme accedieron.

Se para un momento y trata de calmarse.

Eras solo una niña porque te culpas así, solo querías algo, eso no significa que fue tu culpa. -pensaba Bratt.

-Nos montamos en el carro, todo iba bien, íbamos cantando-las palabras comienzan a entrecortarse por la falta de oxígeno pero aún así decide continuar. -para ir al hospital, teníamos que pasar por la curva de la muerte, justo cuando estábamos en ella, la canción y la diversión aumentaba, Eduardo estaba pendiente a nosotras y al camino, de repente puso la mirada al frente y había algo, o por lo menos eso creí, él trato de frenar pero los frenos no funcionaban. No sé, ¿por qué dejaron de funcionar en ese momento?

Vuelve a callarse, toma otro poco de agua y respira hondo varias veces.

-Eduardo para proteger a lo que se había entrometido en el camino, dobla bruscamente, la puerta del lado por donde yo me encontraba se abre, el pierde el control del vehículo, mami me agarra, caemos al vacío, siento como casi me estoy saliendo del vehículo pero alguien toma mi mano me agarra y pone su cuerpo contra el mío, algo rosa mi brazo y ya no recuerdo, ¡no recuerdo!

-Geisha, ¡cálmate!-le dice Bratt abrazándola y a la vez dándole besos en la frente-no fue tu culpa.

-Sí, lo fue, todo por mi culpa, por protegerme, nunca debí nacer, soy un ave de mal agüero.-se aleja de su regazo para darle la espalda, no puede parar de llorar.

-Claro que no fue tu culpa, nunca lo fue. -dice una voz ronca, medio llorosa.

Geisha y Bratt se voltean y ven como la cara de Eduardo se va llenando de lágrimas.

-Jamás pensé que te sintieras así. La culpa fue mía, siento haberte hecho pasa por tanto, tú eres una bendición de Dios, ella te amaba y por eso te protegió, eras la luz de sus ojos - no puede dejar de llorar.

Es muy fuerte ver a un hombre como Eduardo llorando de esa manera - piensa Bratt

Bratt no sabe porque pero al ver a Geisha ponerse, con cada palabra que pronuncia Eduardo, más triste, un líquido empieza a salir de sus ojos.

-No, No, solo lo dices para hacerme sentir mejor -dice agarrándose fuertemente la cabeza-sé que es mi culpa, solo les hice mucho daño a todos.

Geisha sale lo más pronto posible del comedor y se dirige a su habitación, donde se encierra y sé acuesta en su cama con la respiración entrecortada, los ojos hinchados y solo pensando en lo que paso.

Nunca se hubiera imaginado que Eduardo diría algo así, es la segunda vez que lo veía llorar. La primera vez fue aquel día, y la segunda hoy, lo más triste del caso es que ella piensa que las lágrimas de Eduardo son a causa suya.

-Todo es mi culpa-comienza a sollozar -¿para qué vivo? ya no quiero hacer miserable más personas, ¿por qué me protegiste aquella vez? la que debió irse era yo, no tú, quiero que vuelvas -un mar de lágrimas están brotando de sus ojos, son imparables.

En la cocina aún seguían Eduardo y Bratt, el primero no había podido reaccionar estaba demasiado sorprendido, siempre pensó que la actitud de Geisha solo era por llamar la atención o que le tuvieran lastima por ser huérfana, jamás le pasó por la cabeza que podría ser por eso.

-Dios mío ¿Qué he hecho estos últimos años? -dice cayendo de rodillas en el frío suelo de la cocina.

Bratt al verlo derrumbarse de esta manera se estaba preocupando cada vez más por Geisha, no sabía que ella sería capaz de hacer a causa de toda esta situación, necesitaba estar con ella para poder abrazarla y no soltarla.

-Aunque no tengo muy claro que le pasó después de eso, pienso que ambos cometieron errores, pero aún hay tiempo para arreglarlo, espere que ambos se calmen para poder hablar, y recuerde que nadie tiene la culpa de lo que pasó.

Al decir la última palabra salió corriendo escaleras arriba, sin tocar entró a la habitación para encontrarla tirada en el suelo ocultando su cabeza en sus rodillas, ¡estaba llorando a mares!

-Geisha...

-Por favor, necesito estar sola -dice aun llorando, de repente siente que unos brazos la rodean, él la estaba cargando.

La acostó en la cama y luego se acostó al lado de ella atrayéndola a sus brazos para poder abrazarla.

-Ahora puedes llorar tranquila-inmediatamente dijo esto ella escondió su cara en su pecho y comenzó a llorar mientras él le acariciaba la cabeza.

Lloró por un largo tiempo, hasta quedarse profundamente dormida.


---------------------------------------

Ya que saben que le pasó a Geisha. ¿Qué piensan que le pasó al padre de Bratt?

Ahogada por mi pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora