𝓔𝓵𝓮𝓿𝓮𝓷

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Ya había pasado una semana, desde la cirugía y yo había estado recuperándome en casa, junto a Tae-Oh, sí, él ya se encontraba viviendo en nuestra casa. Mamá y yo habíamos decidido que lo llevaríamos a casa, cuando le dieran el alta, y en ese tiempo arreglaríamos los papeles de su custodia.

Les diría que mi vida está siendo normal, pero el chico fantasma, el cuál siempre se la pasaba pegado a mí 24/7, ¡No se ha aparecido por ningún lado!, Realmente se me hace extraño y se que es raro que diga esto, pero........ Lo extraño.

Pensé en las posibilidades de que ya haya terminado su tiempo, y se haya convertido en un alma en pena, pero si así fuera, creo que me estaría atormentando, o ya lo hubiera visto, pero no es así.

—¡Hermanita!— gritó Tae-Oh desde la cocina—

—¿Qué pasa?— dije bajando las escaleras—

—La abuela preparó un desayuno súper rico, ven a sentarte— dijo dando palmaditas en la silla que se encontraba a su lado—

—¿Qué cocinó?

—Unos panqueques deliciosos hermanita, y una malteada de chocolate exquisita— dijo con gran emoción— Por cierto...— dio una mordida a su panqueque y se volteó para mirarme fijamente—

—¿Qué sucede?

—Recuerdas lo que sucedió en la cirugía— asentí— Ese día tuve un sueño, no te había dicho por qué no lo recordaba— lo miré atentamente— Pero ayer lo volví a soñar

—¿Qué fue eso que soñaste Tae?— lo miré y luego miré a mamá—

—¿Recuerdas ese Hyung que fue contigo la otra vez a la casa hogar?— asentí— El día que fui al hospital........cuando llegue, lo vi vagando por los pasillos del hospital

—¿Vagando?, ¿Cómo vagando?

—Si, estaba caminando por un pasillo, pero parecía ignorar todo, después cuando estábamos en la operación.........y cuando te moriste por unos minutos, mi Hyung estaba ahí a tu lado— sonrió—

—¿Lo viste ahí?— asintió—

—Cuando parecía que tú espíritu salia de tu cuerpo, Hyung te tomó de la mano e hizo que volvieras a reaccionar— dijo bebiendo de su malteada—

—¿Qué pasó después?, ¿Viste hacia donde se fue?— negó con la cabeza—

—Solo me vió y me guiño un ojo, sonrió y salió de ahí— dijo algo triste— Después ya no lo volví a ver— suspiré pesadamente—

—Oye Tae-Oh— lo llamó mamá— ¿Sabes por qué ves a ese Hyung?, ¿Sabes que es ese Hyung?

—¿El novio de mi hermanita?— dijo muy sonriente a lo que negamos con una sonrisa— ¿Un..........fantasma?— asentimos—

—¿No te preguntas por qué puedes verlos?, ¿Por qué lo ves a él?— asintió—

—Cuando comencé a verlos, siempre le pregunté a mi ángel de la guarda, por qué los veía, y me dijo que era un superpoder muy especial— sonrió— Que mi abuela y mi hermana eran como yo— sonrió— Que tenían ese superpoder

—¿Ángel guardián?— asintió— ¿Quién es ese ángel guardián?

—Un Hyung con mejillas regordetas— sonrió— Tiene cabello blanco y una linda sonrisa de ojos

—¿Mejillas regordetas?, ¿Sonrisa de ojos?— asintió—

—Sí, me dijo que tú lo habías ayudado en el pasado— sonrió y lo miré con las cejas arqueadas—

¿A alguien que haya ayudado?, ¿Con mejillas regordetas?, ¿Linda sonrisa de ojos?, Recordé a aquel chico pelinaranja que me había contactado hace un año y medio. JiMin, se llamaba y había sido asesinado por su propio padre, solo por declararse homosexual frente a sus familiares, no me sorprende que se haya convertido en un ángel guardián, el siempre fue un chico súper dedicado, amable con todos a su alrededor. Fue lo mejor que le pudo pasar.

—Ya se a quien te refieres— lo miré con una sonrisa—

—¿A quién hermanita?

—A JiMin, Park JiMin, así se llamaba— asintió— Lo conocí como hace medio año, es un gran chico— volvió a asentir—

Después de que terminaramos de desayunar, tomé camino hacia la universidad, mañana tenía un examen muy importante y tenía que estudiar, por lo que, después de salir de clases me fui directo a la biblioteca, para poder estudiar con los libros que se encontraban ahí.

Ni siquiera me di cuenta de a qué hora paso el tiempo, hasta que me habló la persona encargada de la biblioteca.

—Disculpa que te interrumpa— dijo haciendo una reverencia— Pero, ya es hora de cerrar— dijo señalándome el reloj que estaba colgado en la pared—

—Oh si, cuánto lo siento— guarde mis cosas en la mochila y estaba por llevar los libros a su lugar—

—Si quieres puedes tomarlos prestados— dijo ayudándome a recoger los libros— Mañana puedes pasar a regresarlos— sonrió amablemente—

—Gracias— sonreí e hice una reverencia— Nos vemos luego— hizo un leve asentamiento de cabeza y salí de la biblioteca—

—Vaya, si que ya es noche— miré las calles y se veía un poco desolado, y eso que apenas pasaba de las 9:30—

Le envié mensaje a mamá de que ya iba hacia la casa, y camine a paso apresurado, no quería llegar tarde. Menos cuando el ambiente se sentía tan.......tan inseguro.

Caminaba por la avenida, la cual estaba perfectamente alumbrada por los faros de luz, bueno al menos eso me da más confianza, pensé. Miraba hacia todos lados mientras caminaba, hasta que al frente mío, vi como un chico entraba a un callejón, cerca de una dulcería. Dicho chico se me hizo conocido, ¡Y como no!, si era el mismísimo Kim.

—¡Kim!— grité tratando de llamar su atención, pero este no pareció escucharme— ¡Kim!— caminé hacia donde se había ido, pero en el callejón no se encontraba— ¿Dónde te metiste?, ¿Kim?— seguía buscando por todo el callejón, casi oscuro al que lo había visto entrar— ¡Genial!, Lo extraño tanto, que ya hasta alucino con él— dije irónica y reí—

Estaba por seguir mi camino hacia casa, pero de pronto una especie de niebla de color negro, comenzó a salir por debajo de las paredes de aquel callejón.

—¡Mierda!, ¿Qué es eso?— miré como salía más de esa niebla negra, y comenzaba a ponerme nerviosa— ¡Mierda!, ¡Mierda!— caí en cuenta de que ya había visto esa niebla una vez, y esa vez fue cuando ese espíritu quiso matarme— ¡MIERDA!, ¡Estoy frita!— intenté correr, pero parecía que mis piernas no respondían, hasta que escuché mi nombre al inicio del callejón—

—¡_____!, ¡_____!

—¿Kim?, ¿Kim eres tú?— no podía ver por la lejanía, hasta que lo pude observar de cerca, era él— ¡Kim!, Dios mío, te.......— no me dejó continuar, por qué tomó mi mano y me sacó corriendo de aquel callejón—

—¿Estás bien?, ¿No te paso nada verdad?— dijo examinando mi cuerpo a lo que yo negué—

—Kim— tomé su rostro entre mis manos— Eres tú— sonreí mientras me miraba fijamente— Eres tú, no sabes lo mucho que te ex......— no me dejó terminar la frase, por qué de un momento a otro ya me estaba besando, un momento.............¡ME ESTABA BESANDO!, ¡KIM ME ESTA BESANDO!—

𝓤𝓷 𝓯𝓪𝓷𝓽𝓪𝓼𝓶𝓪 𝓪 𝓵𝓪 𝓶𝓸𝓭𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora