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Si no fuera nombrado como el "Action-taker" él de verdad nunca habría tomado la vida de uno de sus viejos amores en sus manos. Pero ese maldito no solo le había traicionado sino que había hecho algo mucho peor.

Dando un último golpe con fuerza en su saco de box hizo que este rompiera las cadenas que lo sostenían y se derribara al suelo con un golpe seco. La agitación de una furia contenida hizo vibrar toda su espalda y se dejó caer al suelo ocultando su rostro con su brazo izquierdo.

Un asesino.

Eso era.

Tranquilizando su respiración volvió a pensar en Seokjin como hacía muy seguido tiempo atrás. Pensar en el silencioso chico que dormía en la habitación a su lado le ponía siempre de buen humor y sonrió levantándose de un salto para ir de nuevo a molestar a su pequeña cosita impasible.

Seokjin volvió a bufar irritado mirando por el rabillo de su ojo en la cámara que mantenía puesta sobre Jungkook y bloqueo los archivos de alta seguridad que intentaba hackear como su próxima misión. Cuando hacia estos trabajos era pan comido y se perdía en lo fácil que era hacer aquella labor con el sonido de sus dedos teclear sin parar, solo llegaba a detenerse por completo cuando saliendo de su trance se daba cuenta que el trabajo estaba listo o cuando su maldito compañero volvía a entrar en el cuarto que pidió como suyo cuando él estuviera en la PC.

Que era prácticamente todo el tiempo.

— Oye, Jin me preguntaba una cosa –como siempre la voz seductora que el pelinegro menor hacia cada vez que buscaba algo del otro hacia que Jin le mirara con un gesto de asco que le divertía– ¿Quieres cenar conmigo esta noche?

Con la silla girada por completo hacia él pudo ver la ceja gruesa de Jin alzada mientras sus brazos se cruzaban por su pecho. Jungkook tenía unas ganas enormes de arrancarle esa sudadera y pasar su lengua por todo su amplio pecho.

— No quiero juegos raros Jeon, es mi condición –advirtió de manera seria amenazando con su sería mirada.

— Sólo comeremos ramen, ¿no quieres venir a comer ramen conmigo? –a veces la audacia de Jin tenía un límite.

Para Jungkook era realmente bueno que el empleo de Jin le obligará a hacer trabajo de casa, ya que sabía por su personalidad tan introvertida que era uno de esos hombres peligrosos pero no a tal punto de derramar sangre. Mientras que él...

Bueno, prácticamente veía de todo antes de eliminar a sus víctimas así que estaba acostumbrado a todo lo malo.

Así pues habían hecho para pedir comida al domicilio. Y la tarde se les había ido en sorber los fideos y mirarse uno al otro, si de por si la situación siempre era incómoda, ahora podía tocarse con un dedo en el aire. Jin sabía que Jungkook estaba planeando algo aunque desconocía el qué.

Una vez que terminaron, el silencio volvió a reinar sobre ellos como siempre hacía.

Pero no esta noche, se había decidido Jeon.

— ¿Ya iras a dormir? –mirando al joven desarreglado levantarse de allí llevando sus sobras a la basura.

Asintió no dándose la vuelta para mirar de nuevo al otro pelinegro y se pensó un poco antes de quitarse el abrigo bajo los ojos atentos de Jungkook dejándole ver unos hombros fenomenales debajo de toda esa ropa holgada.

Su verga había dado un exquisito tirón en sus pantalones que lo hizo lanzar un siseo inaudible.

Escucho los pasos lejanos del chico y espero un par de minutos antes de levantarse de un salto nuevamente y echar sus hebras carbonizadas hacia atrás dejando al descubierto su frente con una pequeña cicatriz de lado contrario a su piercing en la ceja.

tomador de sombras; ggukjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora