Jungkook cerró la puerta de la habitación con una calma aterrorizante manteniendo su vista en esta con sus pensamientos asesinos al borde del filo del cuchillo. Respiro hondo dándose a sí mismo unos segundos más para evitar cometer un homicidio del que no se haría responsable alguien más como normalmente sucedía en su empleo. Tomo con fuerza en su puño el arma que traía consigo y se disgustó de ver la pequeña marca de sangre en ella que ensuciaba la delicada cuchilla.
La lanzó por el sillón dejándola a la vista en donde el tipo antes había estado situado. ¿Quién mierda era ese?
No le importaba. Lo que sí, era él porque estaba en este sitio con su mayor pesadilla húmeda. Se acercó a la cocina aprovechando que el estúpido hombre había huido con la cola entre las patas dejándole el camino libre con su Jin, le miró ido en medio de la barra con dos copas servidas y la botella de vino a un lado. Se veía indeciso, vulnerable, perdido.
Y Jungkook deseaba tanto cogérselo.
— Quiero comerte el culo, bonito —la voz grave hizo que el chico en la barra saltara por el susto. Aquello emociono más a Jungkook que avanzó a pasos agigantados hacia él poniéndose detrás de suyo para evitar que se escapara— Solo dame una oportunidad Seokjin y conmigo conocerás el cielo y el infierno el mismo día.
El hacker tragó audiblemente, su piel erizándose por la voz del otro pelinegro en su nuca y el roce de su miembro por encima de sus pantalones negros entallados. La cabeza de Seokjin no pensó en otra cosa más que en el cuerpo caliente que le derretía con cada toque, ansiaba las manos del ladrón por todo su cuerpo y su corazón latió agitado pulsando a la vez que su despierta polla.
¿Qué más daba si era a Jungkook a quien se entregaba por primera vez si era lo que más quería?
Había escuchado la puerta azotarse y francamente creyó que Wonho había huido luego de pensarlo mejor antes de hacerlo con un tipo como él. Tampoco espero que fuera Jungkook quien viniera a él en este instante.
— ¿Ibas a dejar que ese hijo de puta te tomara antes que yo? ¿Eh? —el menor le jalo los cabellos hacia atrás sin fuerza causando un gemido del hacker— Enséñame que no eres una puta y el porque no debería matarte por querer otro puto pene dentro de ti.
Seokjin gemía por la posesión que estaba experimentando de parte de Jungkook y le asustó lo mucho que la estaba disfrutando. Llevo sus caderas hacia atrás en un movimiento por responder al otro y esperar una respuesta. Tuvo una de las manos del chico por debajo de su gran sudadera explorando su vientre y deteniéndose en sus pezones.
— Agradece que deseo tanto tu culo vivo porque muerto no me complacerías igual —dio un mordisco pequeño en el músculo del hombro de Seokjin haciendo que este volviera a gemir mas alto.
La polla del hacker se presionaba contra la barra de la mesa torturándole por no tener un poco de atención, las manos de Seokjin tanteaban detrás suyo hacia el miembro ajeno con ganas de buscar más contacto más de la sensación que le hacía arder su cuerpo. De un momento a otro, era volteado sin esfuerzo y besado con brutalidad por el chico que le sacaba de quicio y que quería que se fundiera con él ahora mismo.
Los brazos de Seokjin fueron apresados detrás mientras la pelvis furiosa de Jungkook se rozaba contra la de Seokjin. El mayor gemía y gemía mirando la sonrisa perversa del matón. Juro por dios que era su favorita y deseaba a los ángeles que siempre fuera bendecido con ella.
— Me vuelves loco Seokjin. Te odio por poner mis bolas azules todo el tiempo —gimió y gruño al mismo tiempo que le sacaba la camisa al chico— Te odio por hacerte de serio y mojigato cuando cogías incluso más que yo —con su boca dio una lamida a un pezón dejándolo erecto en el instante y continuando con el otro— Te odio porque ahora que se que serás mío no puedo esperar para doblegarte y que pidas mi polla —llevo sus labios de nuevo a los ajenos mordiendo ferozmente.
Seokjin estaba en el borde. Las palabras le tenían muy excitado siendo algo que nunca antes había experimentado y los toques rudos que le daba el otro le incitaban a querer soltar sus manos para explorar más del cuerpo ajeno.
— ¿Y qué esperas para dármela ya?
Jungkook se paso la lengua por su piercing alejándose un paso del nerd y con el mentón le indico que se pusiera de rodillas. El otro chico entendió la perfección.
— Si la quieres tienes que ganártela primero.
La ropa que llevaba Jungkook ese día olía a sangre, Seokjin se pregunta si las personas a las que mataba se detenían a pedirle clemencia o si fieles a sus amos callaban hasta el punto de ser muertos. No deseaba saberlo. Lo que quería era arrancar los malditos pantalones y descubrir lo que había debajo de ellos. Algo de lo que muchos habían probado y que Seokjin sería el último.
Porque si existía otro le arrancaría con los dientes el puto pene a Jungkook.
Llevo sus largos dedos a la hebilla del frente bajándola con cuidado y suma lentitud. Las puntas de sus yemas se apretaron en el dobladillo y fueron bajando sin cuidado dejando expuesta la virilidad de Jungkook que salió proyectada al frente sin ningún tapujo. La cabeza rosa rojiza oscura con el liquido preseminal saliendo le hizo agua la boca.
No era el primer pene que se llevaría a la boca, pero si el primero que compartiría su bienvenida en el culo.
Miro arriba la cara de póker del matón y sonrió sin pena abultando las mejillas apenas sacando la lengua para probar la gota que resbalaba por la cabeza del hombre más provocador y terriblemente pecaminoso que alguna vez había visto. Escuchó el sisear del chico y como su mano voló a los rulos de su cabello apenas logrando acariciarle. Se lamió los labios y beso la punta del pene ajeno tomando con su mano el restante empezando a bombear con la diestra y metiendo apenas en sus labios la polla.
Miró complacido hacia el matón viendo que sus ojos eran salvajes, con un fuegpo apasionado, oscuros. Complemente perdidos en él, las venas de su cuello se marcaban y el brazo que se mantenía en su cabeza cogiendo sus cabellos comenzaba a ejercer presión en estos.
— Si no quisiera tu polla te habría jodido por lo sexy que te ves —el criminal rio ronco jalando más el cabello negro del chico y acerco su cara a la suya.
— Y si no hubieras traído a ese pendejo ya estarías comiéndote mi polla.
Metió con fuerza la entera longitud en la boca del chico ahogándole por segundos, el hacker se sintió más excitado al descubrir que podía meterse toda aquella bestia. Lloró al sentirse asfixiado, pero también lo hizo por lo bien que se sentía quedarse sin aire con una polla tan majestuosa.
El brazo tatuado de Jungkook apretaba con su mano hacia delante y atrás la cabeza de Seokjin no dándole tiempo de formar su propio vaivén, perdido completamente en la gloriosa boca del pelinegro mayor. Podía escuchar los sonidos obscenos que el hacker soltaba de su garganta y él mismo soltaba gemidos guturales provocando que la polla del nerd se escurriera en el suelo sin tener la atención deseada.
Tan rápido como fue puesto en el suelo, fue levantado y lanzado hacia la mesa del comedor. El abdomen del hombre más grande golpeo el frío mármol y fue despojado de inmediato de sus pantalones y ropa interior de un solo movimiento conservando solo el enorme suéter que le llegaba por encima de sus pezones. Sin previo aviso, sintió la intromisión de algo grande dentro suyo.
Se aferró con fuerza a las esquinas de la mesa y soltó el más alto de los gritos hasta entonces.
— Joder Jin, me aprietas mejor que una virgen.
Besos húmedos distrajeron apenas al hacker que trataba de recomponerse jadeando y respirando de forma entrecortada. Podía sentir las manos callosas del asesino por su abdomen y muslos, pacientemente esperando que lograra acostumbrarse al gran tamaño.
— ¿Es todo lo que tienes?
Mordazmente soltó el comentario escuchando la risa cargada de peligro que provenía detrás de él y sintiendo como un aliento caliente le hacia cosquillas en el oído.
— Las criticas hasta el final.
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tomador de sombras; ggukjin
Hayran KurguJungkook siempre le ha traído ganas a Jin y Jin lo sabe. El trabajo y sus vidas personales no son compatibles en sí y ni siquiera ellos saben como es que siguen viviendo juntos. Entonces, ¿cómo fue que las cosas terminaron así?