CAPÍTULO 2. ENCUENTRO
Pete se sentía abrumado, antes había pensado que el infierno era el local, pero en sí, la verdadera tortura era la cantidad de personas que necesitaban ser atendidas. Antes había trabajado como mesero en un restaurante, pero estar en un bar era una carrera de relevos que duraba horas, no tenía momento de descanso porque cuando a un cliente se le antojaba una bebida, había otro que quería una cerveza o alguien ya había tirado una botella y el suelo estaba todo empapado.
Porsche trabajaba lo más rápido que podía, pero los cocteles eran los más solicitados así que había agarrado a Big como su aprendiz para que le apoyara, por lo que había un mesero menos, todo un maldito desastre.
Tankhun estaba de rosas en aquel desastre, él solo bebía, reía y bailaba junto a los amigos de su hermano menor, Tay y Time. Cuando la mayoría de los clientes estuvieron ebrios, fue cuando los chicos pudieron descansar un poco porque gran parte de la clientela ya estaba bailando en la pista. El bar cerraría hasta las cinco de la mañana, así que aun quedaban unas horas de sufrimiento para los muchachos.
—¿Qué es esto Porsch...? Ya no aguanto, siento que subí una montaña, ¿los homosexuales son tan buenos bebiendo? —se quejó Pete, recargándose en la barra.
—Yo siento que tendré un calambre en los hombros de tanto agitar las bebidas, te juro que podría darles orina y de lo borrachos que están me dirían que es un buen vino. —Porsche estaba igual de cansado e irritado.
—¿Qué demonios es un Blood Mary? —preguntó Big con estrés a lo que Porsche se dirigió a ayudarle.
La noche siguió igual de agitada.
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Cuando por fin dieron las cinco de la mañana, todos los chicos estaban desplomados en el suelo detrás de la barra, como si hubieran corrido un maratón. Tankhun estaba encima de la barra, durmiendo de lo más lindo mientras se ganaba la mirada de desprecio de todos.
Aún tenían que limpiar el desastre dejado por la clientela. Mientras limpiaban, vieron que su jefe resucitó de aquel sueño reparador y los miró con fastidio.
—Ah, antes de que se me olvide. Estuve saludando a los clientes y me dijeron que pusiera un jarrón o algo así de propinas, no entendía bien qué era eso de las propinas así que me explicaron que es cuando le das dinero a los meseros o baristas porque te gusta cómo te atienden, así que les dije que depositaran el dinero en esos jarrones, compártanse las propinas.
Todos los meseros fueron corriendo hacia los jarrones y cuando intentaron levantarlos estaban muy pesados. Entre Ken y Arm lograron volcar uno y salieron monedas y billetes. Sus ojos brillaron con el signo de dinero en ellos.
—¡Los gays están dementes! —exclamó Pol con voz chillona.
—Amo mi trabajo. —contestó Pete inmediatamente.
Quizá el infierno no era tan malo si eran recompensados de esa forma.
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Porsche logró con sus artimañas convencer a Tankhun de que consiguiera más meseros para apoyar en el bar y además de Big, logró que Khun contratara a una de sus anteriores compañeras de trabajo en el otro bar, Yok.
Los meseros y baristas habían hecho el acuerdo de compartirse las propinas para que el infierno arcoíris fuera soportable para ellos. Porsche se había dado cuenta que Pol, Arm y Pete tenían un montón de clientes interesados en ellos porque se la pasaban siendo amables y atendiendo con una sonrisa, mientras que Big y Ken estaban con un rostro serio, pero con ellos había optado por quitarle las mangas a su uniforme y gracias a que poseían una constitución fornida, los homosexuales se dejaban guiar por la fantasía de ver esos brazos para darles propinas.
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SERENDIPIA (HIATUS)
Romance[Vegas Theerapanyakul es un hombre codiciado en la comunidad gay, ya que es reconocido por no enamorarse de nadie y de ser un buen amante sexual. Un día su primo Tankhun abre un nuevo bar en la ciudad y decide que este será su nuevo lugar de ligues...