[Vegas Theerapanyakul es un hombre codiciado en la comunidad gay, ya que es reconocido por no enamorarse de nadie y de ser un buen amante sexual. Un día su primo Tankhun abre un nuevo bar en la ciudad y decide que este será su nuevo lugar de ligues...
Los jueces, Tay, Kinn y Tankhun se fueron a deliberar en la bodega del bar mientras tenían una acalorada discusión la cual solo involucraba a los dos hermanos.
—Khun, tú y yo sabemos que tiene que ganar Chay, el hermano de Porsche.
—Pete es el verdadero ganador, no me jodas, ¿viste la canción que cantó? Era tan hermosa y es de mi serie favorita, así que a él le daré el dinero.
—¡Eso es injusto, solo lo haces por capricho! ¡El ganador verdadero es Chay! —reclamó con más enojo.
—-¡No hablemos de injusticia, ¿crees que soy estúpido?! ¡He visto tantas malditas series románticas para darme cuenta que te gusta Porsche! Pobre idiota, hasta crees que alguien como él le hará caso a un idiota como tú. —Tankhun se cruzó de brazos haciendo una expresión berrinchuda mientras Kinn quería ahorcarlo del coraje.
—¡Sí, me gusta ¿y eso a ti qué?! ¡Él me hará caso, idiota!
—¡No me digas idiota, idiota!
—¡Idiota!
—¡Idiota!
—¡YA BAJÉNLE USTEDES DOS! ¡¿QUÉ EDAD TIENEN?! Falto yo de escoger, mi voto decidirá al ganador.
Los dos hermanos Theerapanyakul voltearon a ver a Tay quien estaba cruzado de brazos con el ceño fruncido al ser ignorado de manera olímpica. La decisión final era de él, así que tendrían que aceptarla al final.
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Pete terminó de tomarse fotos con sus nuevos admiradores y llegó a la mesa de Vegas, quien estaba algo nervioso por mirarlo a los ojos, el nuevo descubrimiento de su amor hacia el mesero lo ponía algo tímido.
—¿Qué te pareció? —preguntó entusiasmado con una sonrisa brillante mientras se sentaba en el asiento vacío a su lado.
—No sabía que podías cantar, fue una canción muy bonita. —confesó.
—Yo tampoco sabía que podía hacerlo. —se rió y, Vegas, sintió que todo a su alrededor se volvía rosado. Pete tenía un superpoder, estaba seguro, porque solamente con su presencia era capaz de desaparecer toda la tristeza y soledad que anualmente le comía como un enorme perro negro que no lo abandonaba.
Pete era... la cura a todo mal.
—Tienes que ser el ganador.
—No lo creo, espero que sea Porschay, yo solamente lo hice porque se lo debía a Tankhun, no espero ganar, el hermano menor de Porsche tiene mucho talento y merecen ese premio, les ayudaría mucho.
Vegas se sorprendió de las palabras de Pete. De verdad creía que aquel mesero era un ángel, su bondad no tenía límites.
—Hola Phi, soy el hermano de Vegas. Mi nombre es Macao y también soy amigo de Chay, llevémonos bien. —Macao saludó con un wai y recibió una sonrisa brillante de Pete quien le regresó el saludo enérgicamente.
