MileLa semana fue agotadora, trabajo, trabajo y más trabajo. Juntas, problemas y empleados incompetentes. Antes, al final del día siempre tenía a Build para que me ayudara a liberar estrés, tristemente las cosas se dieron de otro modo y como un idiota lo arruiné todo.
Hoy es viernes, ya es de noche y me dirijo al gimnasio para hacer ejercicios, mi psicólogo me dijo que sería bueno hacer algo que ocupe mi mente y me mantenga despejado. Habían muchas posibilidades, pero el gimnasio me ayuda con mi estabilidad emocional y también me mantiene en forma.
Voy a ser sincero, me arrepiento de cada cosa mala que le hice a Build, sé que no puedo volver al pasado, pero puedo mostrarle que he cambiado y vivo aún con la esperanza de que vuelva a mi algún día. Es la principal razón por la que me mantengo en forma.
Siento que el anhelar tenerlo conmigo de nuevo no es nada malo, me estoy manteniendo lejos como pidió el psiquiatra y he dejado de escribirle y llamarle como antes, ya no le mando flores, siento que me estoy recuperando y tal vez en un futuro pueda reconquistarlo.
Con esos pensamientos en la mente empiezo mi calentamiento para no lastimar mis músculos al momento de ejercitarme, el lugar estaba vacío, habían tres personas más aparte de mi. Era la razón por la que venía a esta hora, no había gente.
Me puse a estirar mis piernas y mis brazos, cuando levanté mi cabeza alguien llamó mi atención, él estaba entrenando con las mancuernas.
Pude distinguir rápido su rostro, sus ojos... sus labios, los labios de Apo me habían parecido muy apetitosos cuando los vi la primera vez y ahora me parecían más.
Sacudí mi cabeza tratando de arrojar esos pensamientos a un costado, no podía ponerme a pensar así del esposo de mi socio, que ahora también es mi amigo.
Traté de desviar la vista, pero segundos antes él levantó la mirada y se dio cuenta de mi presencia, ya era tarde para retirarme o hacer de cuenta que no lo vi, porque me sonrió y yo quedé como un idiota embobado por esa sonrisa.
– ¡Hey! Mile– dijo, soltando las mancuerna y dirigiéndose hacia mi.– No sabía que entrenabas aquí, nunca te he visto.
– Bueno, lo hago desde hace un par de meses. Siempre vengo a esta hora... No hay mucha gente.
– ¡Oh! Debe ser eso, yo generalmente vengo más temprano, pero hoy necesitaba desestresarme así que vine a esta hora.
Ya no sabía que responderle, estar junto a él sinceramente me ponía nervioso y hacía que las palabras terminen trancadas en mi garganta, no quería verme estúpido frente a él, por eso preferí quedarme en silencio, pero esto se hizo incómodo al pasar los segundos. Él debió sentir mis nervios, porque sonrió y me tomó por el hombro.
– No tienes que ponerte nervioso, no voy a morderte.– sus palabras salieron naturales y me dio ánimos, me hizo sentir bien y seguro.– Sabes, generalmente tengo problemas al entrenar, ¿Te parece si lo hacemos juntos? Así hablamos un poco y nos hacemos compañía... Claro, si no te molesta.
Esa sonrisa, ¿qué tenía esa jodida sonrisa que me hacía volver un idiota?. No se comparaba en nada con la de Build, pero tenía su propio toque especial y cálido que hacía a mi corazón latir más y más rápido.
– ¿Vienes?– me tendió su mano como haciendo una invitación y yo automáticamente la sujeté, él soltó una carcajada, pero me sujetó con fuerza y fuimos al área de las caminadoras.
Apo es una persona muy charlatana, se la pasa todo el rato hablando y a veces no deja que uno lo haga. Fue lo que me agradó de él, no había silencios incómodos. Hablábamos de todo, comida, cultura, negocios.
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Caminos entrelazados
RomantikApo tiene su vida soñada, se casó a temprana edad con Pong un joven de familia adinerada y abiertamente Gay. Su matrimonio es simplemente perfecto... a los ojos de los demás. Antes sí lo era, pero con el paso del tiempo Apo quiere formar una familia...