El calor después de unas copas

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Tong:

– No, no, no y mi respuesta es no.

Eran las ocho de la mañana, acababa de tener un buen polvo mañanero, cuando el timbre de mi departamento sonó. Decidí ignorarlo, porque me dolía la cadera a horrores, pero la maldita persona al otro lado de la puerta era insistente. Además que el sujeto a mi lado, que no recuerdo su nombre, me dijo que abriera de una buena vez.

Fue lo que me hizo patearlo fuera de la cama y echarlo del departamento, cuando abrí la puerta, vi que Mile estaba del otro lado. Le dije que pasara, mientras botaba al otro sujeto.

Y así es como me encuentro ahora, haciendo un berrinche en mi sala y con Mile, muriéndose de la risa.

– Vamos, Tong. Eres mi único amigo. Bueno, podría pedirle esto a Build, pero no creo que su noviecito lo deje.

– Futuro esposo– lo corregí, sé que fui cruel, pero él había interrumpido mi día de descanso con su estúpida presencia y sus planes. Vi que su sonrisa decaía y me sentí culpable.– ¡oh! Repíteme tu estúpida petición.

– Que me acompañes esta noche a una cena de negocios, es una fiesta, habrá comida, bebidas... Hombres...

Bueno, hay que aceptar que eso es un punto a favor.

– ¿Y qué tengo que hacer ahí?

– Fingir ser mi pareja, solo vamos juntos, te portas cariñoso y cuando te pida que distraigas a alguien, solo lo hagas.

– ¿ Qué planeas, Mile?

– Nada malo, lo prometo.

– Mmm está bien, acepto. Pero esto te costará caro. – tenía que sacar algún provecho de todo esto. – si será una fiesta de esas sofisticadas, tienes que mimar a tu novio.

Vi a Mile suspirar con fastidio y apretándose el puente de su nariz.

– ¿Qué es lo que quieres?.

– Ir de compras por supuesto, necesito un traje fino y algo de joyería que combine conmigo.

– Claro, no podías conformarte con una comida y tienes que dejarme en la banca rota, ¿no preferirías que te regale algo pequeño?

–  Es mi precio, Mile. Soy alguien muy caro si quieres que pase por tu novio. Además si no estás dispuesto a pagar, será mejor que consigas a otra persona. – me hice al ofendido y estaba caminando hacia mi dormitorio para encerrarme.

– Está bien, está bien. Alístate con algo decente, salimos en media hora. – me dice notablemente rendido. Eso hace que me sienta poderoso. Tengo al indestructible Mile Phakphum Romsaithong en mis manos.

Una hora después de que me haya bañado acicalado, vuelto a dormir y haberme vestido, finalmente salgo a la sala y Mile me espera apoyado en uno de los sofás.

– ¿Al fin?  Creí que te habías resbalado con el jabón y estabas muerto, estaba viendo tips para hacer parecer que un cadáver tiene vida.

– Ja Ja, muy gracioso, Mile. Pero tendrás que saber que tengo que pasar por una buena sesión de relajación antes de salir.

La ida al centro comercial no fue nada fácil para él. Me pasé cantando la mitad del camino y hablando de cosas sin sentido la otra mitad. Podía ver que en cualquier momento se le reventaría una vena de la sien a Mile. Claro que esto me motivaba a seguir molestando, quería ver hasta dónde llegaba su auto-control.

Nuestra visita al en el centro comercial, tampoco fue un paraíso para él, para mí sí. Compré un traje blanco con algunas plumas en los hombros y una camisa blanca con perlas a juego, el escote era hasta el inicio de mis pectorales. Me veía como toda una diva. Luego fuimos a comprarme un reloj de oro blanco y un collar a juego, tenía un dije de estrella. También unos aros sencillos para mi oreja y unos anillos.

Caminos entrelazados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora