Capítulo 20: Un alma por todas las demás

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El local de Biggie's en donde trabajara Juan Carlos se hallaba acordonado, con agentes recogiendo la denuncia de Juan Carlos Gattuso de cómo habían sido asesinados sus compañeros de trabajo. Paramédicos con camillas sacaban bajo mantas blancas los cuerpos de Gerson, Miguel y del gerente identificado como Josías Cardozo, de treinta años de edad según dedujeron por su cédula de identidad.

Una limpiadora que aquel día tenía turno y que no se hallaba en el momento de las muertes los llevó hasta la sala de circuito cerrado para que pudieran ver lo que las cámaras habían captado, y éstas confirmaron su testimonio. Ahí los agentes vieron cómo Aaron entraba al local mientras los cuellos de los empleados giraban violentamente antes de caer al suelo.

Uno de los hombres de ley logró capturar la escena con su celular, y registraron en su reporte la evidencia que les había presentado. Juanca fue con ellos a dar más detalles en la Comisaría Quinceava Metropolitana, correspondiente a la zona donde se hallaba el establecimiento.

**

A la casa de los Fleischmann llegaba una camioneta Toyota Hilux de la Policía, y de ella bajaron Aaron Fleischmann, con un revolver en mano, y una aterrorizada Sheila a quien jalaba del brazo sin poder oponer resistencia.

La arrojó al interior de su patio y después cerró su portón dando un portazo, antes de que tener la oportunidad de huír Aaron la cogió del cabello y del mismo la tironeó hasta el interior de su casa. Todo el griterío de Sheila le daba completamente igual, aún si uno de los vecinos lo llegara a ver.

Aunque fue así, ya que un hombre de edad avanzada que vivía por la misma calle vio llegar a Aaron con ella y llamó a la policía al ver que la tenía contra su voluntad.

Aaron fue con ella a la cocina por cuchillos y cogió dos de entre los cubiertos, subió con ella hasta la habitación de su madre en donde la arrojó a su cama. Para horror de Sheila en la alcoba había un cuerpo desnudo de mujer, se trataba de la madre de Aaron con marcas de mordidas y besos fuertes esparcidas por el cuerpo y de estrangulación en su cuello.

-Te dije que no debías decir nada, ¡Y NO CUMPLISTE! -Recriminó Aaron cerrando la puerta tras de sí.
-Pero si... ¡¡SOS UN MONSTRUO!!
-Creo que ya viste lo que pasó con mamá, ella también fue víctima del Ritual.
-Es... ¡¡ES TU MADRE!! ¡¿CÓMO PUDISTE?!
-El ritual termina cuando entregas a las tres almas más importantes para ti. Ya entregué a mi madre, ahora te toca antes de entregarme YO MISMO.
- ¿¡MATARTE?! ¡¡PERO SI NI SIQUIERA CLAVÁNDOTE MORISTE!!
-PERO... si me entrego yo como otra ofrenda más, el ritual estará completo de todas formas.

Una fuerza invisible levantó de la cama a Sheila y la puso contra la pared, al lado de la cama que compartían madre e hijo. Extendió sus brazos a ambos lados y los cuchillos de cocina volaron hasta incrustarse dolorosamente en sus palmas.

Haciendo oídos sordos a sus gritos Aaron fue a cerrar las cortinas y de manera increíble los muros, techo y piso de la habitación comenzaron a cambiar. Todo el interior comenzaba a forrarse de un tejido parecido a la mucosa interna, el olor empezaba a ser cada vez peor y formas humanoides se esbozaban en las paredes.

"Aquí nacerá un muevo mañana, y un nuevo yo. Cuando me entregue y se cumpla el ritual regresaré a la vida, también a todas las que maté y podré disponer de la vida y la muerte de toda alma que caiga en mis manos.

Angelita siempre cumple sus promesas, y sé que lo hará nuevamente. Ahora te toca y créeme que no será rápido para ti".

Era lo que decía Aaron antes de empezar a rasgar una a una las vestiduras de su rehén. Las almas de las anteriores víctimas comenzaban a esbozarse en las carnosas paredes, corporizándose en grotescos recipientes con expresión de sufrimiento y agonía.

El Caso Fleischmann: Las 11 OfrendasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora