Se levantó por costumbre y recordó de pronto que era su cumpleaños. Sonrió por inercia, aunque recordó que ella no estaría con él.
Prendió el televisor, una noticia de un avión que había caído proveniente desde Nueva York. Pobre gente, pensó. Fue hasta abajo y su familia lo recibió con una torta y un feliz cumpleaños. Lo ayudaron a sentarse, pues solo tenía una mano, y ya la tenía ocupada con un plato.
En medio de la celebración, llegaron los chicos haciendo escándalo como siempre. Le parecía raro que ella no hubiera llamado aún.
De pronto, el teléfono sonó. Se levantó, ilusionado en escucharla.
-¿Sí?
-¿Calum? –la voz de un hombre lo descompuso –Soy el padre de ______.
-Hola –dijo emocionado. Pero un sollozo en el hombre lo sorprendió -¿sucede algo?
-Ella... viajó a Londres –dijo entrecortadamente. Calum sonrió, pero luego frunció el ceño –y el avión se cayó...
Recordó el accidente, y de pronto, sintió un ardor en el pecho y una extraña sensación. Soltó el teléfono, miró a su familia y todo se puso negro.
Abrió los ojos agitado. Estaba llorando descontrolado, desorientado, y asustado. Entonces miró a su alrededor y se percató que todo había sido una pesadilla. Estaba sudando frío, sus mejillas estaban frías por las lágrimas frías que habían pasado. Suspiró, aunque su corazón seguía latiendo fuerte y rápido. Por un momento creyó que era real, y el sentimiento que se apoderó de él fue horrible, no, ni siquiera tenía descripción.
Miró la hora, seis de la mañana. Y hoy efectivamente era su cumpleaños. Suspiró y cerró los ojos, necesitaba dormir, esa pesadilla lo había agotado.
Abrió los ojos, temiendo que no hubiese sido solo un sueño. Pero al parecer era la realidad de siempre. Miró la hora, diez y media de la mañana. Lanzó un largo suspiro. No había dormido bien, estaba muy cansado. Fue a darse una ducha, necesitaba un relajo.
Salió con la toalla en la cintura, entró en su habitación y se puso algo de ropa. Le había costado ducharse, su muñeca seguía rota. Entonces, entraron en su habitación sus hermanos, su mamá y David, con una enorme torta. Sonrió mientras los oía cantarle feliz cumpleaños. Sopló las velas, no sin antes pedir los deseos. Uno de ellos era _____, quería que regresara lo más pronto posible.
Compartió un agradable momento con su familia, su padre David le dio un pequeño paquete.
-Gracias papá –dijo sonriendo.
-De nada hijo, ábrelo –le guiñó un ojo. Abrió el paquetito, era una caja, que dentro contenía un hermoso reloj. Sonrió, su padre sabía que siempre había querido uno de esos lujosos y caros relojes. Lo abrazó y se dispuso a ir a dar un paseo con él.
La tarde se le pasaba de lo mejor. Los chicos no habían aparecido aún, y _____ no lo había llamado. Sentía algo de tristeza, creyó que su novia lo llamaría prácticamente primero que todos.
Aunque no tenía idea que los chicos le tenían una sorpresa planeada.
Eran alrededor de las ocho. Max llegó a su casa y le dio un amistoso abrazo.
-Iremos de fiesta amigo, así que ponte hermoso –le dijo en tono gay, Calum rio divertido.
-¿De fiesta? –preguntó algo desganado. Max arqueó una ceja, y luego lo fulminó con la mirada –está bien, me arreglaré enseguida.
Una hora más tarde, estaba en el auto con los chicos. Todos lo habían golpeado, era su forma de decirse feliz cumpleaños. Michael conducía, así que fueron hasta un pub, donde se sentaron a tomarse unos tragos.
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Estaremos Siempre Juntos {Calum Hood y tú} // 4ta Temporada
FanfictionEsta historia es la Cuarta Temporada de Mi Mejor Amiga {Calum Hood y tú} disponible en mi perfil. Si les encantó la primera, segunda y tercera les encantará la cuarta aún más ya que es temporada final de la novela/fanfic, es donde todo termina con u...