Capítulo 57

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 Calum se despertó en medio de la noche con una terrible pesadilla. Limpió las lágrimas que habían salido durante el sueño. Bajó a tomar un poco de agua, eran alrededor de las cuatro de la mañana. Hacía frío, y por eso le extraño ver una silueta frente a su casa. Luego de unas cuantas miradas, reconoció a quien pertenecía la figura. Maldijo por lo bajo. No quería cometer alguna estupidez, pero la oportunidad estaba ahí, frente a él. Andrew, la calle solitaria, _____ durmiendo y nadie que pudiera interponerse.

 Era ahora o nunca.

 Tomó un enorme cuchillo de la cocina, se puso pantalones de deportes y un holgado poleron con capucha. Escondió el arma bajo su ropa, y se puso la capucha para salir. Tomó un respiro y se acercó al hombre.

-A estas horas de la mañana es algo extraño encontrar a alguien decente aquí –bromeó Calum intentando fingir tener un buen ánimo.

-Lo mismo para ti muchacho –murmuró el hombre arqueando las cejas –cualquiera que te viera con esa capucha creería que eres un mafioso –ambos rieron. Calum sonrió tanto como pudo.

-¿Vas de fiesta? –preguntó intentando fingir indiferencia.

-¿Yo, a estas alturas? No, ya no tengo veinte años –dijo riéndose -¿y tú? Lo dudo, creo que pondrías más énfasis en tu aspecto.

-Salí, no podía dormir y necesito aire fresco –dijo Calum como si nada –además, _____ tampoco me dejaba dormir. Habla mucho entre sueños, sobre todo cuando tiene pesadillas –dejó esa bomba en el aire. Pesadillas. Claro, hablaba de las que ella tenía desde lo que ese imbécil le había hecho.

-Oh... -nada más salió de su boca. Calum frunció el ceño.

-No sé, quizás haré que visite otro psicólogo aquí en Londres. En Nueva York no funcionó demasiado. Digo, con lo de las pesadillas –Andrew se tensó. Calum le lanzó una inocente mirada.

-¿Demasiado estrés universitario? –pregunta Andrew con toda la inocencia del mundo. Calum suspiró intentando controlarse. Pareciera que el cuchillo le gritara que lo asesinara.

-No sé, no creo que sea eso. Los problemas empezaron antes de que saliera de Londres. –soltó Calum. Andrew sonrió un poco.

-_____ es algo extraña, nunca noté nada en ella –miró a Calum directamente a los ojos.

-Es bastante raro, debido a que ella estaba en la misma casa que tú –entrecerró los ojos intentando intimidarlo –además... creo que le tomaste cierto cariño ¿no Andrew?

-Supongo –Calum bufó –es una chica tranquila.

-Ya lo creo. No te dio demasiados problemas. En vez de denunciarte, decidió huir y dejarte el camino libre ¿no?

-No sé de qué hablas. ¿Denunciarme?

-No quiero una mentira más. Desde ahora, jugaremos MI juego –Andrew rio. –Y las reglas las pongo yo. Ahora dime Andrew. ¿Acostumbrabas a fijarte en chicas jóvenes?

-Calum. Calum... si juegas con fuego, puedes quemarte. Creo que tus padres te han enseñado eso. ¿A que sí? –Andrew sonrió desafiante. Calum dio un largo suspiro.

-Hazme las cosas fáciles, ¿quieres? –Andrew arqueó una ceja. Ni el mismo Calum podía entender como estaba tan tranquilo. –Respóndeme la maldita pregunta.

-Debo admitir que las más jóvenes me ponen –sonrió. Calum bufó –yo me enteré de que a ti te gustan mayores. El diario de la pequeña ______ lo decía claro. –el castaño sintió un dolor extraño en el pecho. Recordar esa parte de la historia no le era demasiado agradable.

Estaremos Siempre Juntos {Calum Hood y tú} // 4ta TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora