Capítulo 4.

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Odio el comunismo. 

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Después de que la mentira fuese aceptada, la cita continuó con normalidad.

El plan elaborado de Bell la había sorprendido, lo que la hizo admitir que era alguien muy romántico y detallista.

Axela no mentía cuando presumía de la cita que había tenido con él.

Retomando, las cosas fueron un tanto emocionantes, por no decir que lo fueron.

Después del café la siguiente parada fue una caminata por el parque cercano a la <Plaza del Amor>.

Fue, de cierto modo, tranquilo y relajante.

Caminar a su lado mientras platicaban cosas banales, o en raros casos, cosas personales sobre el otro.

Las crepas en especial, adquiridas en un puesto a orillas del camino, fueron increíblemente deliciosas.

Como buena amante de lo dulce, Kaguya lo disfrutó de sobre manera.

-- Quiero que lo pruebes.

Ella extendió su crepa de fresas con crema hacia Bell, con sus labios formando una leve sonrisa.

Sabía por parte de Axela que Bell no era fan de lo dulce, así que deseaba molestarlo un poco.

Para sus intenciones, Bell:

-- ¿Hmm? Oh, claro.

Con una sonrisa sincera y cariñosa, tomó la crepa y dio un bocado en el mismo lado que Kaguya había probado.

Un beso indirecto.

No hubo vergüenza por ninguna parte, Kaguya por la simple razón de que no le importaría besarlo directamente, y Bell porque no se dio cuenta.

Sin embargo, sustituyendo la vergüenza, la confusión atrapó a Kaguya.

Ella lentamente ladeó la cabeza y con una expresión confusa, habló.

-- ... ¿Eh? Pensé que no te gustaba lo dulce.

-- Ah... haha, sí, es verdad, pero... si estoy contigo, todo sabe bien.

-- ....

Algo muy injusto, eran sus comentarios melosos que salían de sus labios de forma inconsciente.

Que lo dijera con una linda sonrisa solo complicaba mas las cosas.

Además, que el viento actuara a su favor y meciera su hermoso cabello blanco era cruelmente injusto.

Buscando un recuerdo: Ruta Kaguya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora