Capítulo 8.

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Hey, finalmente llegué hasta aquí. 

¿Ven la ilustración de arriba? Joder, qué hermosa es Kaguya.

Sin duda una waifu potencial, si tan solo Omori no la hubiese matado :v me es igual que Phobos, que hubiese sido una buena waifu para Welf. 

De todos modos, creo que me oxidé un poco en escribir lemmon, y no sé si eso es bueno o malo, pero creo que me quedó bastante aceptable. 

Ni muy muy, ni más más. Equilibrado podría decir. 

En fin, disfruten pajeros, que con este capítulo me despido de esta ruta y le daré comienzo a otra. 

No sé cual iniciar, pero estoy entre la ruta de Riveria o la de Eina. Ya veremos dijo el ciego. 

Últimamente he estado perdiendo el sueño, soñando con las cosas que podríamos ser

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Últimamente he estado perdiendo el sueño, soñando con las cosas que podríamos ser...

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Nuestras pieles se acariciaban, frotando nuestras fragancias y olores. Pude sentir la suavidad y firmeza de los músculos de Bell, y él sintió la de mis pechos y trasero.

Tuvimos un intercambio repetido de besos húmedos y candentes.

Ocasionalmente desviaba mis labios hasta su cuello, y él llevaba los suyos hacia el mío; desde ahí recorríamos una vez más nuestras pieles hasta encontrar nuestros labios y besarnos nuevamente.

Estaba muy excitada.

Los jadeos y gemidos que se escapaban de entre mis labios sonaban tan lascivos que incluso a mí me sorprendía.

Lentamente comenzaba a perder la razón, dejándome llevar por mis impulsos más profundos.

Mi mente solo podía pensar en toda la información que recabé de aquel libro que contenía todas las posiciones y practicas del sexo que existían.

-- Anh...~ haa, haa~ sí, ahí... justo ahí~

-- Eres adorable, Kaguya.

-- C-Cállate...

Una de sus manos acariciaba mis pechos, pellizcando constantemente mis pezones y haciéndome gemir; con la otra, se encargaba de amasar mi trasero, a veces frotando sus dedos contra mi húmeda entrepierna.

-- ¿Te gusta, Kaguya...?

-- Sí, se siente rico.... Ahh, haa, haa, maldita sea... ¿por qué estoy tan caliente?

-- Lo mismo... me pregunto. Mira, estás muy mojada ahí abajo...

Yo estaba encima de él, frotando su miembro contra mi parte baja. Fue entonces que dejamos de besarnos y él aprovechó para dejar de frotar sus dedos contra mi entrepierna para mostrarme mis propios fluidos vaginales.

Buscando un recuerdo: Ruta Kaguya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora