Temblé y lo miré a los ojos desde la puerta de la habitación de ese sucio motel. YoonGi estaba sentado en el suelo, con la espalda apoyada en la cama y estaba mojado. Pero no era agua. Era gasolina.
Pasé mi mirada desde él hasta la caja de cerillas que tenía a sus pies repetidamente y noté que una lágrima corría por mi mejilla.
- No lo hagas- susurré.
YoonGi no me contestó, tan solo me miró a los ojos. Tenía miedo de acercarme a él, pero algo dentro de mi me pedía a gritos que fuera a su lado. Y eso hice.
Me senté, tratando de mantener la calma. A pesar del fuerte olor a gasoil, apoyé mi cabeza en su hombro y le di la mano.
Se estremeció, pero no me apartó.
- ¿Por qué yo?- dijo al cabo de unos minutos- ¿Por qué siempre soy yo el que acaba herido?
- Eso no es verdad...
Es cierto que llevaba unos meses complicados. Había discutido fuerte con sus padres, el grupo de música al que pertenecía no hacía actividades y encima tenía problemas con su novia.
- ¿Te vas a suicidar por ella?- logré decir.
No me contestó. Yo suspiré y miré a la caja de cerillas.
- ¿Donde está mi YoonGi?- dije al fin.
No me iba a andar con rodeos. Estaba cabreada, notaba como el enfado se apoderaba de mi.
- ¿Dónde mierdas está mi mejor amigo?- le dije levantandome del sitio- ¿Dónde esta ese chico que cuando estaba mal me sacó de mi casa a las 3 de la mañana para ir a escuchar un disco de Kanye West? ¿Dónde mierdas está ese chico que decía que el suicidio era para cobardes?
- Soy un cobarde- susurró.
No podía creer que estuviera pasando esto, pero siempre he sido una chica muy impulsiva. Me acerqué rápidamente a la ventana, donde estaba lo poco de gasolina que quedaba en la botella y la rocié encima mía.
- ¿Qué coño haces?- gritó YoonGi levantándose.
Yo no le hice caso y me acerqué a la caja de cerillas. Las miré por un milisegundo, las cogí y la encendí.
Vi como sus ojos se abrían de par en par, pero yo lo único que pude hacer fue mirarlo a los ojos.
- ¿Quieres morir por que una tía pasa de tu culo? Bien. Pero yo me voy contigo.
- ¿Por qué?- me dijo.
¿Por qué?- solté una risa falsa- Porque estoy tan enamorada de ti que duele. Porque soy tu mejor amiga. Porque a pesar de no ser tu Miss Right, o por que las Jordans me parezcan unas zapatillas horrendas tu estas ahí. Porque eres mi pilar, y sin ti... ¿de verdad crees que sería algo?
Iba a seguir diciéndole todas las cosas cursis que he estado callando durante tres años cuando las vi.
Lágrimas.
Min YoonGi estaba llorando. Había caído de rodillas delante de mi y se sujetaba la cara con las manos.
Apagué la cerilla y lo abracé. Me devolvió el abrazo y lloró en mi hombro.
- Lo siento.
Yo negué con la cabeza mientras volvía a llorar.
- Te necesito- le dije. Él negó con la cabeza-. Me da igual que no seas capaz de enamorarte de mi. Sé que me quieres, sé que somos amigos, sé que la amas a ella. Sé que la necesitas a ella. Está bien. Pero cielo- tragué saliva y le miré a los ojos- No estás solo.
Luego posé mis labios en los suyos. La verdad es que no sé con seguridad por qué lo hice. A lo mejor sólo quise un recuerdo antes de que nuestra amistad se derrumbara, a lo mejor sólo quería sentirlo como siempre quise.
Él no se inmuto.
Cuando me separé de él le cogí las manos y lo llevé al baño.
Le quité la ropa como pude, y cuando ya estuvo en ropa interior, lo ayudé a meterse en la bañera. Mientras el agua caía no paraba de pedirme perdón. Yo negué con la cabeza y me quedé a su lado hasta que empezó a moverse. Cogió el jabón y me miró. Asentí, me levanté y salí del baño.
Salí del cuarto.
Salí del motel.
Sé que no debería haberme ido de su lado, pero ya no había vuelta atrás.
*2 meses después*
- OH DIOS MÍO, BANGTAN HIZO COMEBACK- gritó mi hermana mientras se acercaba a mi cuarto.
Le sonreí y seguí mirando la pantalla de mi ordenador.
Después del incidente en el motel, YoonGi se recompuso, salió a la calle y habló con sus amigos. Después de ese día no volvimos a hablar, pero no me preocupaba, NamJoon me dijo que estaba mejorando.
Él y yo estuvimos hablando durante un par de semanas, pero un día me dijo que no se sentía a gusto. Yo lo entendí, mas o menos.
- ¿Ves el vídeo conmigo?
No me quedaba otra opción. Me senté al lado de mi hermana y empezamos a ver I NEED U.
Me quedé petrificada.
Una lágrima cayo por mi mejilla. Y otra. Y otra.
Quería dejar de ver el vídeo, pero él...
Di un respingo al sentir mi móvil vibrar. Lo miré y las lágrimas pararon.
"Te necesito"