J-Hope.
Era un buen mote para Hoseok. Él era como un rayo de sol luego de una semana de tormenta. Él era el único ser humano en la tierra que podía hacerte feliz sin necesidad de ninguna palabra.
Una mirada. Una mirada es lo que podía hacerte temblar de alegría. Y su sonrisa... la sonrisa de Hoseok era capaz de curar 33 enfermedades a la vez.
Pero él no era perfecto ni mucho menos.
Él tenia un problema.
Hoseok fue diagnosticado con depresión hace un mes. ¿La causa principal? Nadie la sabe. Puede que sea por que su grupo de amigos se haya separado, por que no le está yendo bien en la universidad, o por que se siente solo. La verdad es que nunca me lo ha dicho del todo claro, lo único que se con seguridad es que sin esas pastillas, se volvería loco.
Sin unas pastillas, Hoseok ahora no estaría conmigo. Al principio el psiquiatra le dijo que tomara una después de cada comida. Pero él aumento la dosis.
Era un drogadicto, pero no me importaba.
Yo era su novia, su compañera, su amiga. Yo estaba ahí, yo siempre he estado ahí, aunque él no fuera consciente.
- Cariño-susurré apartándole el pelo de la cara- ¿estás bien?
Hoseok se revolvió a mi lado y me abrazó. Cualquier chica desearía estar en mi piel ahora mismo. Pero no era una escena bonita.
Sí, Hoseok me estaba abrazando, pero nadie era capaz de entender el motivo por el cual lo hacía.
Él no me abrazaba por que me "necesitara". Él me abrazaba por que no tenia nada a su alrededor a lo cual agarrarse.
Estaba teniendo una de sus dolorosas pesadillas, se le podía notar perfectamente por sus expresiones aterrorizadas, o por su sudor frío.
De repente dejo de moverse.
Me apoyé en el codo y le removí un poco, pero no hizo caso. No se despertaba.
- Hoseok- le llamé.
Nada.
No había expresión alguna.
Me levanté y le sacudí. Pero él no se movía.
-HOSEOK- lloré.
No sé si fue por que de verdad dios existe, o por que el destino se apiadó de nuestras vidas, pero Hoseok se removió en su sitio y abrió los ojos.
Lo miré directamente y acto seguido abrí el cajón de la mesilla de noche y le alcancé sus pastillas.
- ¿Llorabas?- dijo él con la voz cansada.
No era la primera vez que se desmayaba, pero me seguía afectando.
- Lo siento-bajé la cabeza-. No puedo más.
-¿Qué?
Hoseok se incorporó lentamente y me miró a los ojos con preocupación y terror.
-No te voy a dejar, mi amor- dije y luego suspiré-. Pero entiéndeme. Te echo de menos.
-Vamos a los raíles.
*2 Horas después*
Nos encontrábamos en los raíles.
Hacía años que esos trenes dejaban de funcionar, y Hoseok quedaba aquí con sus amigos, o bueno, solía quedar.
Aquí nos conocimos. Por ese entonces yo estaba totalmente enamorada de un amigo nuestro, Park Jimin. Pensé que lo amaba a él, pensé que siempre viviría con un amor no correspondido, pero me equivoqué. Lo que pensé que sentía por Jimin, no se acerca a lo que siento por Hoseok.
Hope me cogió la mano y me llevó al césped de los alrededores. Hicimos una hoguera, y nos acurrucamos uno al lado del otro.
- Cielo- me dijo posando un suave beso en mi cabeza-, gracias por aparecer en mi vida. Gracias por hacerme respirar.
- Pensé que eran las pastillas- solté sin querer.
Hoseok sonrió, se apartó de mi y sacó las pastillas del bolsillo de su chaqueta. Pasó su mirada del bote a mi unas cuantas veces y luego hizo la cosa más inesperada.
Tiró el bote al fuego.
Por un segundo dejé de pensar, y, más como auto-reflejo, intenté meter las manos en el fuego para atraparlas.
Hoseok me agarró de la cintura y me apartó del fuego mascullando cosas sin sentido.
-QUÉ MIERDAS HAS HECHO- le grité mientras lloraba-.Sin eso...
Hoseok me agarró las manos y las observó pasando olímpicamente de mis lágrimas. Al ver que no había ningún rasguño, pasó sus manos por el pelo y me miró.
- Estúpida... no quiero vivir de unas pastillas.
Lo miré y el hizo un sonido de frustración. Se puso de rodillas en frente de mi.
-Llevo meses siendo mierda. Sintiéndome mierda. Pero tu, y Bangtanson los únicos que hacen que mi vida tenga sentido. Bangtan ya no está conmigo. Los chicos tienen sus propios problemas personales y no les voy a molestar con mi basura. Pero tú siempre has estado aquí- dijo señalando su pecho-. Siempre has estado apoyándome y ayudándome. No me has dejado. A si que te pido que me ayudes. Ayúdame a ser yo de nuevo. Ayúdame a ser la esperanza que mi nombre me dice que sea.
Lo miré durante un rato y sonreí.
Ese era mi Hoseok. Ese era el chico del cual me había enamorado.
- Te quiero- le dije abrazándolo.
- Yo te quiero más- dijo devolviendo me el abrazo.
Fue difícil hacer que su adicción acabara, pero no imposible. Hoseok era más fuerte de lo que muchos pensaban. Sólo le costo un par de meses de rehabilitación para dejar de tomarlas. Y empezar a sonreír.
Después de esos meses, volvió a bailar, y volvió a quedar en BigHit, la pequeña academia de artes en la que había conocido a sus amigos.
Empezó a respirar y a vivir.
- Eres mi hada madrina- me decía cada noche antes de dormir.
-Te amo- le decía.
- Te amo más- me contestaba.
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Hoooola ^^ Gracias por leer y siento si este es muy malo D: He intentado escribirlo durante dos semanas o así, y no me ha entrado inspiración a si que espero que no esté muy mal
Gracias de nuevo por leer ^^ Dejen comentarios que me encanta leerlos y voten si quieren (no les voy a obligar tampoco)
Abrazos chocolateados y hasta la próxima ^-^