Jimin *Pov*
Siempre he sido guapo. Siempre he tenido un buen cuerpo y siempre he tenido una cantidad considerable de chicas detrás de mi. Queriendo salir conmigo, queriendo acostarse conmigo.
Yo siempre me he reído de esas situaciones, y de esas chicas. Me gusta ser amado, pero me parece gracioso que muchas chicas pierdan su dignidad por un polvo conmigo.
Es gracioso, y patético.
En mi clase de la universidad todas eran así de idiotas e infantiles. Todas menos una.
No era guapa, no se podía decir que tuviera un cuerpazo, ya que le sobraban unos kilos. Tenía unas gafas de pasta grandes que le tapaban la cara y un fleco de niña buena. Siempre tenía en sus manos un libro. Cada semana uno diferente.
No era una estudiante excelente, pero se notaba que ponía empeño.
Y esas fueron las cosas que me llamaron la atención.
Empecé a hablar con ella, y nos hicimos amigos. Mientras más la conocía más cariño le tenía y más guapa estaba.
Antes solo era una niña tímida y borde, pero ahora que había sido capaz de entrar en su circulo de amigos, pude entender que estaba totalmente equivocado.
Ella era más fuerte de lo que la gente podía pensar de ella, y, la pasión que sentía hacia la música y hacia la literatura eran tan poderosos que, cuando te hablaba sobre el tema, te hacían sentir parte de su amor por eso.
Y ahí fue cuando me enamoré de ella.
Me enamoré de sus escritos, de su poesía. Me enamore de ese pequeño hoyuelo que le sale en la mejilla cuando se ríe, me enamoré de esos kilos de más, por que me dí cuenta de que amaba la comida, me enamoré de su pelo revuelto, por que no intentaba ser perfecta.
Pero había un problema. Ella no me quería.
Ella se había vuelto la persona más hermosa de toda mi vida. Pero era fría.
Siempre que trataba de hablarle sobre mis sentimientos, cambiaba de tema.
Hasta que un día, desapareció.
Dejó de ir a clase, dejó de coger el teléfono y eliminó todas sus redes sociales.
Le pregunté a todos los profesores sobre ella, pero ellos no me decían nada.
"Se ha cambiado de residencia" decían todos.
No podía haberse ido así.
Un día, cuando me dio por ver el correo lo vi. Entre las propagandas y las facturas, había una carta, escrita a mano.
Entré a mi casa, y la leí.
La verdad es que nunca he llorado por una chica (si a mi madre se le puede contar como tal) pero el día que leí esa carta, fue el día en el que llore como nunca había llorado.
Todavía en shock, me metí en la bañera. Me quedé mirando al vacío mientras la carta venía a mi mente.
"Te amo" "Lo siento" "Gracias"
No podía más. Sentía como todo mi cuerpo se volvía débil e insignificante.
Cogí la carta, que estaba tirada en el suelo del baño y, cogiendo el mechero, la queme.
Volví a llorar mientras veía como las letras de esa carta desaparecían.
La tiré al suelo.
No te vayas-pensé- no me dejes.
Noté como me daba un ataque de ansiedad. Pateé el agua mientras me agarraba la cabeza con las manos.
No.
No.
No.
Esto no puede estar pasando...
"Querido Jimin:
No quiero que recibas nunca esta carta, ya que si la recibes, es que ya no estaré contigo. Antes que nada, quiero que sepas que no es tu culpa. Quiero que sepas que estoy enamorada de ti. Estuve enamorada de ti, y créeme, si siguiera viva, estaría enamorada de ti para los restos. No he muerto, cariño, piénsalo como que nunca me has conocido. Enamórate de nuevo. Hay muchas chicas hermosas tratando de estar en tus brazos. Yo estaré contigo. ¿Recuerdas lo que me dijiste? ¿Cuando te fuiste a confesar? Sé que no eres perfecto. Sé que confias demasiado en la gente, y sé que te hacen daño con frecuencia. Y lo siento tanto. Lo siento muchísimo. No te mereces el sufrimiento que te estoy dando ahora, por que yo no me merezco el amor que recibí de ti. Gracias. Gracias por vivir, y gracias por ser la persona que eres. Te amaré siempre. Adios"
¿Nunca te he conocido? ¿Podré conseguirlo?
No creo.
Cariño.
Yo también te amo.